Capítulo 7
CONSTRUCCIONES GIGANTES EN EL COSMOS-INGRÁVIDO-GEOESTACIONARIO.
7.1 La preciada materia prima en el cosmos.
Como una consecuencia lógica, por tener menor gravedad, resultaron para nosotros mucho más apreciados como materia prima los asteroides y pequeños satélites naturales de los planetas que los planetas mismos. Esta elección era un asunto capital o sea muy importante derivado como consecuencia de los gigantescos proyectos al construir las enormes edificaciones en el espacio exterior. Desde nuestra salida al cosmos, el problema más importante a resolver, es como obtener cada vez más rentable, más barata, la materia prima para construir nuestros nuevos hogares-habitacionales en el espacio. A comienzos de siglo, en la zona geoestacionaria del cosmos, el costo del precio de un litro de agua era el equivalente al precio que tenía en la Tierra dos y medios kilos de oro, o sea que trasladar al espacio exterior el kilogramo de cualquier material era carísimo.
Los satélites pequeños de los planetas ahora son muy apreciados por el hecho de tener muy poca atracción de gravedad y resulta por esta favorable circunstancia que el costo, de la extracción de sus materiales, sea muy atractiva y rentable. Es conocido que la Luna tiene una atracción de gravedad equivalente a la sexta parte de la de la Tierra y además no tiene atmósfera. Estas dos circunstancias de nuestro satélite natural, hacen que el costo resulte ser menos de la sexta parte que sacar los materiales de la Tierra y trasladarlos a la nueva órbita donde estamos construyendo nuestro nuevo futuro. El costo de esta misma operación al sacar los materiales de los meteoritos resulta aún mucho menor. Los satélites naturales de los planetas mientras más pequeños sean de tamaño, son más fáciles de explotarlos, ya que tienen menos atracción de gravedad y como consecuencia de esto se gasta relativamente muy poca energía en poner los materiales en una nueva órbita. A menor atracción de gravedad menor costo de extracción de sus materiales, debido por lo tanto al problema de que para las astronaves de carga les es más fácil, cuando hay menos gravedad, para salir de su superficie con los preciados materiales. La mayor parte de su materia prima consiste casi siempre en solo rocas que: granuladas, centrifugadas, y posteriormente fundidas; son elementos purificados que forman parte de nuestros artículos de primera necesidad para la construcción exterior e interior de nuestro Anillo-geoestacionario y de las Ciudades-espaciales. Estos materiales por supuesto nos sirven de materia prima para que nuestras fábricas realicen la variada confección de cómodas máquinas herramientas y además para alhajar los departamentos con muebles y con las otras innumerables cosas utilizadas en su interior.
A casi todos los elementos, componentes de la tabla del sistema periódico de los elementos de Mendeléiev, los tenemos en nuestras bodegas en enormes cantidades. Estas cantidades se miden en algunos elementos por millones de toneladas. Ellos están acumulados en nuestras gigantescas despensas en el Cosmos-geoestacionario. De los elementos más abundantes, se han trasladado cientos de miles de toneladas a los depósitos especiales de cada una de las Ciudades-espaciales.
Otro ejemplo que nos clarifica lo importante de la relación entre la fuerza de gravedad y el costo de extracción de materiales, necesarios para las construcciones en el espacio ingrávido, ha sido la enorme economía obtenida al sacar muchísimos materiales directamente de la superficie de la Luna y de algunos meteoritos en vez de llevarlos de la Tierra.
Como ya lo dije anteriormente, la aceleración de gravedad en la superficie de la Luna, es la sexta parte que la aceleración de gravedad en la superficie de la Tierra. Resultó que es más de seis veces más barato llevar el agua, encontrada en las cavernas ubicadas cerca de los polos de la Luna, que llevar esta misma cantidad de agua desde la superficie de la Tierra, a algunas de nuestras Ciudades-espaciales. Por esta y otras razones se han ido multiplicando desde el año 2028 nuestras colonias en nuestro preciado satélite natural. Por supuesto los investigadores trabajadores de la Luna viven bajo grandes cúpulas transparentes y además llenas de aire a la presión atmosférica. El aire naturalmente ha sido llevado desde la atmósfera de la Tierra y allí en la Luna los colonos, a medida que ellos al respirar consumen su parte de oxígeno, lo renuevan haciendo uso de plantas que en sus hojas verdes y mediante el fantástico trabajo de la clorofila reponen el indispensable mínimo 21 por ciento de oxígeno. Las plantas además les sirven, a los colonos, también como fuente de alimentación. Sus grandes hojas y sus frutos frescos son todo un tesoro. En nuestros cultivos ubicados en las campanas transparentes sobre la superficie de la Luna hay todo un paraíso de frutos de grandes dimensiones. ¡Sandías de veinticuatro kilos que allí pesan solo cuatro kilos! En la Tierra la hoja de mayor tamaño es la de la nalca chilena que es casi circular y bien cultivada alcanza un tamaño de 1,4 metros de radio o sea de hasta seis metros cuadrados de superficie, en las plantaciones de la Luna las hojas de la nalca son aún más grandes tienen un tamaño de más de doce metros cuadrados de superficie y lo notable es que cada una renueva sobradamente el oxígeno consumido por una persona adulta. ¡En los lugares habitacionales de la Luna, por cada persona que vive allí, se tiene iluminada continuamente una hoja grande de nalca chilena! Me dijo Aníbal un biólogo y compatriota chileno. “Nunca pensé que Chile que era conocido porque tenía terremotos, numerosos volcanes y había tenido dos poetas con premios Nobel, ahora nuestra patria sea tan nombrada y querida por la preciada limpiadora del aire, la maravillosa hoja de la nalca chilena”.
martes, 30 de noviembre de 2010
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