martes, 30 de noviembre de 2010

6.4 Transplante por millones a seres humanos de sus propios órganos clon obtenidos en los laboratorios.

6.4 Transplante por millones a seres humanos de sus propios órganos clon obtenidos en los laboratorios.

Recién el año pasado, en la estadística del 2060 se ha llegado a la cifra de mil millones de órganos humanos obtenidos por los laboratorios de los hospitales en todo el mundo. Muchos tienen ya un doble corazón esperando en el hospital para cuando apenas le moleste el corazón antiguo pase unas semanas al hospital para su transplante por uno nuevo. Su nuevo motor tendrá el comportamiento que tiene un corazón absolutamente joven.

Les hago un poco de historia resumida al respecto. Sin los adelantes de la informática nada importante habría sucedido. Les cuento y recuerdo que en el año 2001 salió al comercio un nuevo chip el Pentium 4, que por supuesto traía el doble de funciones y velocidad que su antecesor el Pentium 3. Estos y otros microprocesadores comenzaron a traer valiosas consecuencias. Este mismo año comenzaron a ser probados experimentalmente no en animales sino en grupos de personas, órganos mecánicos para ayudar a alargar la vida de nuestro cuerpo. Se dio de alta definitivamente a un paciente con un corazón absolutamente mecánico y que no llevaba cables ni enchufes se cargaba desde el exterior de la persona. Veinte años después construíamos por cientos de miles estos corazones que servían provisoriamente mientras se fabricaba el clon del corazón del paciente. Otra gran noticia aparecida en la prensa el 10 de mayo del año 2002, seis ciegos vuelven a ver mediante el uso de una retina artificial. Se trataba de que se comenzó a implantar una retina biónica de silicio, un microprocesador del tamaño de la cabeza de un alfiler y que llevaba solamente 3500 fotoreceptores. Los pacientes recuperaron parcialmente la vista, podían distinguir los objetos como ser un automóvil a cincuenta metros de distancia. El año 2002 fue el año donde se abrió la gran esperanza para la tragedia que vivían los veinte millones de ciegos que había, en ese entonces, en toda la Tierra. Como en la Tierra vivían solamente 6500 millones esto era una gran desgracia que afectaba al planeta. El 0.3% de los habitantes de toda la Tierra padecían entonces alguna forma de esta horrible enfermedad.

Como ustedes saben ahora no existen los ciegos es decir no tenemos este horrible padecimiento, nuestra organización de científicos tomando estas bases desarrolló microprocesadores no solo con 3500 sino que con más de trescientos mil fotorreceptores. Construimos los fotoreceptores mediante una máquina automatizada en una impresionante cantidad, su precio costo fue bajísimo y de acuerdo con nuestros principios no nos ganábamos absolutamente nada con los enfermos. Mediante unos maravillosos robots y en una operación ambulante se le pudo implantar este chip a cada persona ciega, ocupando en la operación solamente veinte minutos. A la mayor parte de estos ciegos se les transplantaron, usando la multiplicación de sus propias células madres, ojos completos. Hoy además, como lo veremos en el capítulo siguiente, se fabrican ojos en forma rutinaria con las propias células madre o maestras del paciente. Se lograron sanar rápidamente a la casi totalidad de los ciegos de todo el mundo.

En los laboratorios de experimentación tenemos ahora, probando su eficacia a numerosos minúsculos microprocesadores biónicos con ochocientos mil fotorreceptores, con el objeto de ser instalarlos a robots que nos superarán lejos en cuanto a su sensibilidad visual y algunas otras de nuestras múltiples y complejas funciones. Pero aún sumados todos los maravillosos adelantos aportados por la ciencia informática hasta el último congreso del 2060, llegamos a la conclusión de que estamos distantes de ser totalmente substituidos en todas nuestras funciones por un robot.

Aparte de los microchip que se usan, colocados debajo de la piel, para leernos nuestra cédula de identidad y nuestra ficha médica, hay cientos de otros usos muy interesantes.

En este mismo día o sea el 10 de mayo del año 2002, que comenzara la curación de los ciegos, una familia en EE UU inaugura un nuevo e impresionante camino al futuro. Esta familia se ofrece para que le implanten microchip de identificación y que además llevan el historial médico de cada persona. El hospital de Boca Ratón y otros en Florida, compran ese mismo año, el instrumento electrónico para leer inmediatamente este minúsculo chip del tamaño de un grano de arroz incorporado bajo la piel de estos pacientes y sin necesidad de sacarle el chip.

Oficialmente el primer microchip, el VeriChip, que fue realmente “el primer microchip de identificación a través de frecuencias de radio implantable para uso humano” fue autorizado por EE UU para su comercialización y venta masiva el 13 de octubre del 2004. Fue aprobado en ese día solamente para usos médicos. En esta área su uso fue muy eficaz ya que millares de personas empezaron a utilizar este granito de arroz bajo la piel, para tener en el minúsculo microchip el historial médico personal o sea grupo sanguíneo, alergias etc. Otra cosa muy importante es también su uso en la identificación, México utilizaba el VeriChip antes de ser autorizado oficialmente y lo hacía para que lo usaran las personas con riesgo de ser raptadas y sometidas por las mafias a extorsión y cobro por sus vidas. Su uso a otras áreas se extendió también rápidamente. Hoy nosotros ya no podemos pensar en poder vivir sin el conjunto de microchip que llevamos bajo nuestra piel y que son enormemente superiores y más pequeños que los de aquel tiempo de su nacimiento.

En esos tiempos no se imaginaban que habrían un camino para llegar nuestra situación actual. La realidad es que hoy todos llevamos esta cédula de identidad con la ficha de nuestra historia clínica y además llevamos incluido un GPS. Con el GPS se sabe exactamente, donde se encuentra la persona en el momento de un accidente o de perdida del conocimiento, con un error despreciable de diez centímetros. Ahora todos tenemos un seguro de enfermedad que implica que un computador de un hospital sabe exactamente como va nuestra salud en cualquier momento del día, puede registrarnos a distancia hasta cuarenta de nuestros parámetros vitales, entre ellos, la temperatura, la presión etcétera. Existe otra importante implantación voluntaria de un minúsculo chip que lleva todos los datos de utilidad de cada uno de nosotros, es un extenso curriculum vitae. Yo lo llevo al igual que la inmensa mayoría de la gente. Es una super hoja de información cronológica de toda la vida nuestra. Con nuestros datos, honoríficos, títulos, trabajos realizados, datos biográficos etcétera. La inmensa mayoría, más del 99 por ciento, lleva su currículum vitae instalado bajo la piel. Esta implantación bajo la piel es absolutamente voluntaria, antes de colocársela la persona lee cuidadosamente su contenido solo entonces ella autoriza para que se le implanten. Se lee y se carga con nueva información a distancia. Nosotros, si nos sentimos demasiado controlados, podemos borrar el contenido del curriculum en el momento que lo deseemos. Casi todo se hace voluntariamente para no dañar nuestra respetable libertad individual.

Les contaré a continuación con algunos detalles como se llevó a cabo la fabricación a gran escala de órganos clon naturales humanos.

Con la utilización, a comienzos de este siglo, de las células madre como fuente para la obtención en el laboratorio de órganos-clon, comenzó una nueva y auténtica revolución en toda la medicina. En el transcurso de los primeros veinticinco años de este siglo se tuvo que lamentar la falta de la cantidad suficiente de donantes de órganos para los miles de transplantes de piezas vitales, que se debían de efectuar a diario en los hospitales. En laboratorios anexos a las grandes policlínicas, se inicio por este motivo en el año 2025, la fabricación de órganos-clon a gran escala. Con las células madre de los propios pacientes se logró hacer órganos más jóvenes y por supuesto absolutamente sanos y además con la misma información genética del propio enfermo. El nuevo órgano por tener la misma información genética del paciente se le llamó órgano-clon. Con esta impresionante revolución en el tratamiento de los enfermos se empezó a cumplir con el objetivo de reponer o transplantar a gran escala órganos más jóvenes que el propio enfermo. Los pacientes con estos nuevos órganos, además no sufrían el conocido rechazo al transplante de un órgano extraño, ya que el órgano llevaba su misma información genética. Por otro lado, se evitó con esto algo tan común y peligroso como era el otro rechazo, o sea el rechazo psicológico de los enfermos por tratarse de llevar órganos de los donantes ya muertos. Se solucionó, en los hospitales, el grave y dramático problema que tenían que soportar las personas que esperaban por largos meses el fallecimiento de un donante de órganos, para poder curarse de una grave enfermedad. A comienzos de este siglo, este no era un problema dramático de miles sino de millones de personas. Con la creación de estos órganos propios se soluciona también el problema creado por el valor prohibitivo, para la mayoría de las personas enfermas, de los corazones mecánicos. El valor era equivalente a tener que pagar cinco kilos de oro, por colocarse un corazón artificial autónomo es decir que funciona sin hilos ni enchufes que lo vendía una empresa norteamericana desde el año 2001.

Alrededor del año 2030 todos lo pacientes, a los que hay que transplantarles un órgano nuevo, prefieren el transplante de un órgano creado en laboratorio y constituido con la información genética de sus propias células. Este procedimiento se los expliqué a ustedes anteriormente pero dada su trascendencia se los repito a continuación. Esto consiste por ejemplo en que si un paciente necesita reponer un órgano incurable como ser un riñón. El enfermo solicita a su mujer o a una donante un óvulo. Los médicos le extraen el núcleo al óvulo y lo reemplazan por el núcleo de una célula del propio paciente. A los ocho días después de colocar esto, en un caldo de cultivo especial, aparece un blastocisto del paciente con una decena de células madre en su interior. Se extraen estas células madre y se someten a cultivo originándose una masa de células madre obtenidas ahora fuera del blastocisto. Esta masa se convierte en una pasta maravillosa. Es la panacea para curar al enfermo. Como se trata de fabricar un riñón, los especialistas sacan algunas células sanas del riñón del paciente para que sirvan de guía a la masa de las células madre obtenidas en el laboratorio con la multiplicación de las del paciente. Todo funciona alrededor de un material plástico de la forma del riñón. Las células madre se comienzan a diferenciar formando el nuevo riñón. De esta misma forma se procede a la fabricación de los otros órganos. En resumen la utilización de un embrión con el núcleo de la misma persona enferma y de solo unos días, obtenido en el laboratorio, le sirven a un enfermo para salvar su propia vida. Sin embargo por esos años salieron a protestar por medio de la prensa pública, haciendo críticas destructivas, algunas “eminencias políticas” diciendo eso que están haciendo son experimentos con clones humanos y esto no lo debemos permitir. Si una persona está tratando de salvar su vida con sus propios medios. ¿Con qué moral alguien se lo puede impedir? Dando salvo conducto a esto sirvió la autorización de la clonación de embriones humanos para fines científicos terapéuticos dada al iniciar este siglo por algunos países que tenían gobiernos progresistas.

Desde comienzos de este milenio la obtención de órganos clon tiene su interesante historia. En los animales esto se estaba realizando con un éxito del cien por cien. Dado que hay un experimento muy sencillo pero de una importancia clave, con relación al problema del rejuvenecimiento de nuestros órganos, me voy a permitir volver a contarles la historia del perro que, en el año 2000, cambió su vejiga vieja por una totalmente nueva. Los científicos usando un cultivo de sus células madre le hicieron un clon de su vejiga totalmente nuevo y la nueva vejiga resultó como perteneciente a un perro en plena juventud. Se la transplantaron y vivió absolutamente normal con su nueva vejiga. Después lo hicieron exitosamente con otros seis perros. El exitoso experimento abrió bruscamente las puertas a estos fantásticos transplantes de nuestros clones de órganos. El camino quedó señalizado en este grandioso experimento para poder llevar a cabo el sueño de los sueños rejuvenecernos aunque sea por partes. En el mes de marzo del año 2002, el mismo equipo que hizo el experimento con los perros, logró producir en laboratorio una vejiga-clon de un ser humano y transplantársela con éxito al enfermo que padecía una enfermedad incurable.

¡Una vejiga clon de su vejiga original, un clon de una parte de sí mismo! Se le transplantó la nueva vejiga y el paciente vivió su vida normal con una pieza totalmente nueva y más joven que él. ¡Además absolutamente de él y esta fue muy bien recibida por su organismo pues todos sus millones de células llevaban su misma información genética! No tuvo el temido rechazo a cuerpos extraños en su organismo por estar este nuevo órgano formado genéticamente con sus mismas células.

Veinte años después de este experimento los transplantes en seres humanos de órganos fabricados en laboratorio eran toda una rutina. La prolongación de la vida humana tomó, después de la segunda década de este siglo una nueva y esperanzadora dimensión.

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