domingo, 28 de noviembre de 2010

4.2 La formación de la organización internacional Científicos-defensores-de-la-paz

4.2 La formación de la organización internacional Científicos-defensores-de-la-paz

Habíamos triunfado, en lograr el cambio casi ilimitado de las propiedades físicas de un mismo elemento y en particular logramos un contundente éxito en obtener la asombrosa propiedad de poder endurecer el aluminio gradualmente y casi sin límites, esto nos servía maravillosamente para llevar a cabo en corto plazo nuestros ambiciosos planes de futuro. Lo más importante es que todos estos experimentos estaban hipotéticamente funcionando de acuerdo a nuestra impecable nueva teoría y esto nos llenaba de satisfacción ya que como consecuencia de nuestra teoría prácticamente todo funcionaba correctamente. Ahora entonces la Teoría de la Permanencia se había visto brillantemente corroborada.

En la práctica, por las exitosas experiencias realizadas con el aluminio, también ya estaba en nuestras manos el cambio de muchas otras propiedades de los elementos en la forma en que lo deseáramos. Podíamos programar no solo endurecer una lámina de aluminio sino dejarla opaca de colores o transparente etcétera. Las ilimitadas aplicaciones del arte de poder cambiar las propiedades de los elementos y entre ellos el de endurecer nos exigieron estudiar mucho y desarrollar una técnica muy avanzada y delicada especialmente por la finura de los instrumentos con la que había que trabajar.

Con nuestras Transformadoras de las propiedades físicas de los elementos, endurecíamos en forma ilimitada una capa de las superficies de las piezas de las máquinas que deseábamos darle una mayor resistencia física y por supuesto mayor duración. Con esta asombrosa máquina, experimentábamos repetidas veces, aplicando diferentes variaciones en el tiempo de exposición a los distintos elementos. Experimentábamos especialmente con las láminas de aluminio de espesor milimétrico. La Transformadora-pfe es un verdadero robot, automáticamente anota y le da nombre a nuestros procedimientos empleados cuando conseguíamos obtener con éxito un color específico de la lámina de aluminio, además tiene una lista ordenada de los programas a seguir para obtener los diferentes colores. En la técnica del tratamiento de las planchas del aluminio, la Transformadora-pfe mantiene anotada y a nuestra vista esta precisa tabla guía con la que se logra obtener planchas de aluminio desde la opacidad a la semi transparencia o a la transparencia absoluta. Aparte del aluminio los mismos experimentos hacíamos con muchas otras plaquetas con algunos de los otros elementos. Como el oro se deja laminar casi al nivel molecular nos hicimos láminas muy finas de oro. Fabricamos cuchillos usando estas láminas de oro superfinas que al someterlas al endurecimiento reducían aún más su grosor. Con estos filos de oro medidos en fracciones de nm, es decir más finos que la mayoría de las moléculas normales, conseguimos hacer cuchillos separadores en el ámbito molecular y otras herramientas con un gran poder de penetración. Nosotros teníamos las moléculas reducidas de tamaño y unidas por lo tanto entre sí por fuerzas enormemente superiores a la de los elementos naturales. Cortábamos y perforábamos con estas simples herramientas, el acero, las rocas, las maderas casi sin ninguna diferencia, dado que además de las ventajas del finísimo filo de que disponíamos teníamos además acoplado un sistema especial que hacía mover todos los grandes cuchillos y brocas por medio de unos poderosos motores eléctricos. Por otro lado teníamos la electricidad casi gratis y siempre muy a mano, desmenuzar una roca de varias toneladas de peso era también una operación casi sin costo. En general en todos los trabajos no era necesario hacer algún tipo de esfuerzo muscular. Endurecimos también hilos metálicos de diámetros microscópicos superfinos. Con ellos nos fabricamos diversos tipos de redes planas las pequeñas solo de algunos centímetros cuadrados de superficie, las medianas del tamaño de una mesa grande y las más grandes hasta de cuatro metros de ancho por ocho metros de largo, que movidas por un motor solidario a ellas convertían en polvo super fino las piedras o rocas a la que le pasábamos estos desmenuzadores.

Por sugerencia de la computadora Compupaz, que era nuestra virtual secretaria general, debíamos rápidamente ampliar nuestro grupo. En Chile en el puerto de Valparaíso, le pusimos nuevo nombre a la primera ampliación de nuestra naciente organización de los Pitagóricos. Les contaré de paso que este puerto se convirtió en Patrimonio de la Humanidad cuando uno de nuestros integrantes del grupo de los catorce Pitagóricos-de-la-razón-omnipotente era una persona importante en la Quinta-región de Chile, territorio del que formaba parte este hermoso y legendario puerto. Teníamos además en nuestro grupo también a un integrante que fue ministro de salud de esa Quinta-región. Estuvimos en un interesante seminario donde se analizó, a quienes ofertar incorporarse a nuestra grandiosa aventura de acompañarnos. No queríamos hacer discriminaciones odiosas ya que estimábamos que la mente humana era lo más interesante en el inmenso gran universo y sabíamos que, exceptuando a los que nacen enfermos, la inmensa mayoría de los seres humanos poseemos este cerebro tan indescriptiblemente maravilloso que es además felizmente idéntico en todos. Todos tenemos la facultad intelectual de poder hacernos: científicos en alguna de las muchas áreas del saber, o bien científicos investigadores, o especialistas en alguna técnica práctica, etcétera. En todas las áreas en que trabajemos seremos considerados y respetados por igual y podemos llegar a ser extraordinariamente útiles a la nueva sociedad. Pero por ahora no podíamos pensar en el largo proceso de años que se necesitan para toda formación profesional. La formación de los verdaderos científicos que necesitábamos tener con nosotros requería a lo menos veinte años de formación en cualquiera de las especialidades científicas. ¡Había que conquistar urgentemente a una gran cantidad de los científicos ya formados de cualquier parte del mundo!

La primera resolución de nuestro histórico seminario fue el buscar un nuevo nombre para la ampliación de nuestra organización y que funcione integrando, pero no disolviendo, a nuestro pequeño grupo fundador con el nombre secreto del pequeño círculo de los “Pitagóricos con razón omnipotente”. Según lo aconsejado por la Compupaz este segundo grupo deberá ser muchísimo más numeroso, tendrán conocimiento solo de algunas cosas secretas expresamente autorizas por la Compupaz y esta nueva organización deberá ser mucho más conocida por el público. La nueva organización por supuesto también de por sí, será de la forma pitagórica, es decir defensora incondicional de la ciencia. La causa apuraba y por esto elegimos un nombre al que después pudieran aspirar todos los que lo desearan. Queríamos incorporar a nuestro grupo, lo más rápidamente posible, a todos los científicos con espíritu progresista y a más de probadamente pacifistas.

En general los científicos son gente progresista, o sea desean ardientemente el progreso social. La forma de pensar, es decir la mentalidad de la inmensa mayoría de los científicos, siempre ha tenido como orientación que sus descubrimientos e inventos sirvan o tengan como objetivo ayudar sin discriminación a los hombres a vivir mejor. Su mentalidad científica por supuesto es oponerse a todo lo que pretenda prohibirnos o retardarnos en nuestras investigaciones por descubrir la verdad. Se oponen los científicos además a aquellos regímenes dictatoriales que chantajean con acallarnos mediante la fuerza, por esto son los científicos manifiestamente pacifistas.

Por estas razones, en este seminario, surgió entonces el nombre “Comunidad-internacional-de-científicos-defensores-de-la-paz”. Que pasó a popularizarse con el nombre abreviado de Científicos-defensores-de-la-paz. Con la formación de esta nueva organización, nuestro primer núcleo de los “Pitagóricos con razón omnipotente”, no desaparecía de ninguna manera, éramos los fundadores y los que debíamos cuidar celosamente durante un largo tiempo algunos importantes secretos. Había serios peligros para la humanidad si nuestros descubrimientos eran robados y caían en manos de personas sedientas de poder o bien en manos de otras enfermas por acumular dinero.

Era sabido que la historia está llena de robos perpetrados a los autores de ideas relacionadas con adelantos científicos. Intereses personales de personas con poder económico arrebataron a los investigadores su trabajo y sirvieron para llenar las arcas de inescrupulosos oportunistas. Con nuestros descubrimientos habría pasado lo mismo, esta era otra razón de ser muy cuidadosos.

Otra de las tristes historias sucedidas con los grandes descubrimientos fue la apropiación y la desviación de los objetivos de algunos de los grandes descubrimientos. Uno de los mayores acontecimientos fue el descubrimiento de la enorme energía encerrada en los núcleos del átomo de uranio. Desde la aparición de este descubrimiento los científicos soñaban con que esta energía se utilizara en beneficio directo para toda la humanidad, es decir como el aire que fuera para todos los hombres de la Tierra, ya que con ella se podía tener electricidad casi gratis en todos los rincones del planeta. Pero algunos países, cambiaron este sano objetivo y se dedicaron a hacer con esta fuente de energía bombas atómicas para intentar dominar a otras naciones. Las investigaciones para obtener la limpia energía nuclear uniendo isótopos del hidrógeno fue siempre postergada argumentando que su sola investigación tenía un alto costo. Solamente después del año 2005 se pusieron de acuerdo las grandes potencias para llegar a producir en un plazo de treinta años después esta energía. Como ellos no lo hicieron, a nosotros nos correspondía ahora la responsabilidad, de ir entregando la energía fusio atómica o termonuclear domesticada en forma de electricidad. Lo logramos hacer de tal modo que pudo disfrutar, de un precio muy bajo toda la humanidad y en un período de tiempo históricamente muy corto.

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