jueves, 2 de diciembre de 2010

9.3 Las nuevas revoluciones científicas - industriales.

9.3 Las nuevas revoluciones científicas - industriales.


La primera revolución científica mecánica-industrial.

Hace ya dos siglos, como consecuencia de los avances originados por las ciencias físicas, las máquinas a vapor de James Watt empezaron a invadir todos los rincones alrededor del mundo. En todas partes se conocieron las maravillas de las locomotoras movidas por el vapor, las líneas férreas empezaron a medirse en miles de kilómetros. Los motores con calderas de vapor movían máquinas trilladoras de las espigas del trigo y otros cereales. Con el objeto de partir los troncos de los árboles para obtener las tablas y las vigas y otras maderas tan necesarias, en esos tiempos, para la construcción, se originaron los aserraderos movidos con un motor a vapor cuyo combustible era los restos de la misma madera, etcétera. El hombre conseguía, con esta revolución industrial, hacer que máquinas realizaran la fuerza que él normalmente tenía que efectuar. Las locomotoras movían a hombres y mercaderías a otros lugares a decenas de miles de kilómetros. Las máquinas a vapor ayudaban pues a romper las maderas o a separar el trigo de sus espigas o sea a cosechar,... Sin embargo las buenas intenciones de los científicos al construir estos nuevos ingenios no cumplían su real objetivo, el hombre trabajador no lograba salir totalmente de su esclavitud. Las máquinas tomaron rápidamente dueños y estos oportunistas sacaron provecho personal de los esfuerzos que habían hecho, desinteresadamente en el aspecto económico personal, muchos científicos y técnicos. Los descubrimientos de la ciencia nunca han tenido como objetivo el enriquecer solo a algunas personas, sino su objetivo fue siempre investigar y descubrir las nuevas leyes pensando en que ellas se pondrán al servicio de toda la humanidad.

Terminando de escribir Extrapolación Fantástica, a modo de conclusión para ir resumiendo algunas cosas, debo hacer presente que ha comienzos de este siglo se hablaba preferentemente solo de dos grandes revoluciones científicas industriales: la revolución industrial, originada por las máquinas de vapor; y la revolución industrial causada por la incorporación masiva de la electricidad. Con el advenimiento de los chips partió una tercera revolución industrial y la cuarta revolución partió con el descubrimiento de poder cambiar las propiedades físicas naturales de los elementos, mediante las máquinas Transformadoras de las propiedades físicas de los elementos. Estas maravillosas máquinas originaron, como una de sus muchas consecuencias, poder hacer el endurecimiento controlado científicamente de la materia. Las revoluciones científicas–industriales, entonces ahora ya no son dos sino cuatro.

Las cuatro revoluciones científicas industriales se conocen como los cuatro grandes motores que hicieron posible producir cambios trascendentales a la historia de la humanidad.

La primera revolución científica mecánica-industrial, llamada también revolución científica mecánica, tuvo como primer protagonista la máquina de vapor desarrollada por James Watt el año 1781. Permitió reemplazar nuestro esfuerzo muscular por la fuerza originada por la energía obtenida al quemar materiales de origen orgánico: maderas, carbón, petróleo. Para esto se desarrollaron procesos mecánicos y se construyeron las máquinas pertinentes como por ejemplo: locomotoras para movilizarnos nosotros y las mercaderías; motores a vapor para mover las máquinas trilladoras de cereales; motores capaces de mover las enormes sierras de los aserraderos, estas iban partiendo los trozos de los árboles para obtener las maderas dimensionadas para la construcción; etcétera.


La segunda revolución científica electro-industrial.


La electro-industrial tuvo su origen en la aplicación a gran escala de la electricidad. Apareció aproximadamente más de cien años más tarde, alrededor del año 1900. El inicio del desarrollo de la electricidad como ciencia nació, sin embargo mucho antes en el año mil ochocientos con la pila de Volta. Esta pila permitió obtener una corriente continua de electrones en un circuito de conductores metálicos como cobre, plata etcétera. Este generador electroquímico que utiliza la energía liberada en una reacción química fue toda una revolución. Posteriormente el reemplazo de los motores a vapor por los eléctricos originó la desaparición del carboncillo y los humos en el interior de fábricas y ciudades. La limpieza del medio ambiente fue solamente una de las consecuencias de esta nueva revolución. La energía, por medio de la electricidad, “caminó” de los ríos a las ciudades. Las plantas hidroeléctricas y la iluminación de casas y ciudades permitió ver muchos cambios en toda la Tierra. La electricidad fue toda una precursora de la globalización racional computadorizada, que vendría más tarde.


La tercera revolución científica chips-industrial --

-- nació con la aparición de los microprocesadores, en el año 1971. Los microprocesadores son circuitos constituidos por millares de transistores, diodos, resistencias etcétera. Todos estos elementos se lograron dejar integrados en una ficha o pastilla de menos de un centímetro cuadrado. Los circuitos integrados recibían las órdenes y ejecutaban estas órdenes mediante el uso del movimiento controlado de los electrones. Era muy importante que la superficie ocupada por el microprocesador fuese la menor posible. Se ha tomado aproximadamente al centímetro cuadrado como su límite superior. Si un microprocesador tiene una superficie mayor de un centímetro cuadrado sus operaciones se hacen más lentas por el mayor recorrido que deben hacer los electrones y por la “escasa velocidad” de estos, comparada por ejemplo con la velocidad de la luz. Lo trascendental e importantísimo fue que con la aparición de los microprocesadores se comenzaron a reemplazar algunas de las funciones mentales del hombre, que son lo más significativo de todo el universo. En las otras dos revoluciones científicas industriales anteriores se trataba simplemente de sustituir la fuerza muscular del hombre por máquinas mecánicas. Entonces, copiando lo que hacía nuestro cerebro que se comunica mediante órdenes bioeléctricas, la tercera revolución científica chips-industrial pasó a reemplazar el duro, largo y tedioso trabajo mental del cálculo, por sofisticados pero pequeños aparatos. Aparecen en esos tiempos: calculadores de bolsillo; las computadoras; síntomas del automatismo en las fábricas y otros lugares; lavadoras automáticas; los primeros robots...

En el año 2000 la “Revolución de los Chips” comienza a tomar una nueva dimensión. Varias instituciones científicas aseguraban que estaban construyendo experimentalmente por diversos caminos ordenadores encaminados a ir transformándose en una nueva generación orientada hacia la obtención de los computadores del tipo cuántico. Los electrones en los circuitos del microprocesador serían reemplazados posteriormente por fotones. El camino de tránsito electrón a fotón demoró algunas décadas pero se hizo finalmente y con mucho éxito. La mayor velocidad de los fotones que la de los electrones y conjuntamente con muchas otras superioridades de los fotones sobrepasó todos los cálculos anteriormente vaticinados. Actualmente, por estar nosotros combinados o en simbiosis con los nuevos microprocesadores, con este éxito usando fotones nos hemos desarrollado impetuosamente. Este nuevo perfeccionamiento empieza a llevarnos a apreciar las enormes ventajas que tenemos como nuevo Homo sapiens con Razón-omnipotente. Ahora no solamente copiamos la forma de trabajar de nuestro super evolucionado cerebro sino que lo sobrepasamos ya que para hacer funcionar los nuevos microprocesadores ya desde el año 2050 usamos fotones, de velocidad 300 mil kilómetros por segundo.

Hagamos nuevamente un poquito de historia al respecto. Como ustedes saben, nuestro cerebro utiliza electrones para sus fantásticas operaciones. Imitando esta forma natural comenzamos usando como medio de transmisión a los electrones en los microprocesadores que eran el cerebro de nuestras primeras computadoras. Estas computadoras eran un tanto rudimentarias en el año 2006, por ejemplo usaban aún como microprocesador el Pentium 4 que comenzó teniendo solo 42 millones de transistores de base eso si que este Pentium 4 en el 2006 estaba altamente modificado. Su modificación le permitía trabajar con alrededor de cuatro gigahertzios de velocidad, 1024 GB de memoria activa y con un plato duro de memorias de medio millón de GB. Su crecimiento normal era la duplicación de estas cualidades cada dos años y el aumento de las funciones que realiza. Sin embargo en el desarrollo de los microprocesadores se pretendía dar grandes saltos adelante y se proyectaba que antes de terminar la primera década de nuestro milenio llegar a la fabricación de un super microprocesador. En esos históricos años, llegando al final de la primera década de nuestro siglo, se llevó a cabo para la informática el cumplimiento de dar en esta dirección un salto adelante. Entonces anunció la empresa Intel la fabricación del microprocesador BBUL con 1000 millones de transistores y una velocidad de 20 gigahertzios. Estos planes se cumplieron no exactamente con lo proyectado pero aceleraron muchísimo las investigaciones. Los microprocesadores actuales son tan pequeños como lo antiguos pero son enormes gigantes al lado de estos en uso en el año 2006, cuyas débiles funciones hoy solo permiten hacer algunos juegos para que se entretengan los niños de nuestras escuelas primarias.

Aun estamos muy lejos de superar a la naturaleza en número y en capacidad de cada microprocesador comparado con las células cerebrales que tienen una perfección insuperable y además perfectas y amplísimas conexiones.

Ahora recién con el uso de los microprocesadores a fotones sobrepasamos en algo a la propia naturaleza del ser humano que usa solo el movimiento de los electrones para sus funciones y comunicaciones. Con nuestros nuevos computadores nosotros superamos a la naturaleza en una sola cosa específica comenzamos a usar los fotones en reemplazo de los perezosos electrones. Se está estudiando usar otras ultra mini partículas en la comunicación interna y externa de los nuevos microprocesadores y que tienen velocidades de más de medio millón de veces superior a la velocidad de los propios fotones.

Ahora de nuevo surgen los temores de algunos periodistas diciendo los computadores y los robots de las nuevas generaciones serán más inteligentes que nosotros y nos aplastarán. Los temores y desconfianza en los futuros robots son absolutamente infundados. Somos nosotros los poseedores de la Razón-omnipotente los que le fabricamos los programas con los que deben trabajar los robots. Los robots serán siempre nuestros indispensables ayudantes, no nos superan en las cosas de fondo ni menos nos superarán jamás en el pensamiento generalizado y filosófico. Los robots y los computadores actúan mejor que nosotros solo en zonas parciales específicas. No tienen la conciencia nuestra, no son los terminales de la evolución ni los dueños de la Razón-omnipotente con la que dominamos todo el Sistema Solar. Con nuestra poderosa Razón-omnipotente dominaremos también indudablemente en el futuro todo el enorme Universo conocido.


Cuarta revolución científica–industrial originada por las Transformadoras de las propiedades físicas de los elementos

Partió la cuarta revolución científica con la construcción del primer autómata, o ingenio, capaz de producir el endurecimiento y en general para producir artificialmente el cambio de las propiedades físicas naturales de cada uno de los elementos de que esta constituida la materia. Estas maravillosas máquinas son las Transformadoras de las propiedades físicas de los elementos o Transformadora-pfe. Entramos pues en la cuarta revolución científica industrial mediante las Transformadoras-pfe, ella nació el 10 de noviembre del 2019, con la construcción de la primera Transformadora-pfe. Paralelamente se inauguró también una nueva era en los usos de los materiales. En la historia estábamos acostumbrados a referirnos a la edad de: piedra, cerámicas, metales, plásticos. Ahora hemos entrado en la edad de la “Materia con sus propiedades controladas científicamente” y esto lo realiza la maravillosa máquina robotizada la Transformadora de las propiedades físicas de los elementos. Ello trajo como primera consecuencia que inauguró, el sueño de la humanidad, el uso de la energía atómica limpia mediante la fusión del hidrógeno y esta origina a su vez, haciendo una cadena, otra consecuencia se fabrica el Motor-atómico-de-fusión-a-reacción-lumínica o MotorARL. La cuarta revolución no aplasta la tercera revolución chip-industrial sino que la acelera una vez más. A gran escala los microprocesadores electrónicos son substituidos por microprocesadores con funcionamiento fotónico. Los fotones, con su velocidad de 300 mil kilómetros por segundos, le dan un enorme impulso a la velocidad de los microprocesadores. Se produce también una aceleración en la revolución de los chips no solo para este uso sino para las memorias, etcétera.

Aparecen proyectos de construir chips que utilizan, no los electrones ni los fotones, sino que se comunican mediante partículas más finas que los fotones y que se mueven a velocidades cientos de miles de veces más rápido que la velocidad de la luz. Los estudios y las pruebas ya están a las puertas. Se cree que en el año 2070 aparecerán estos gigantes de la informática y llegarán por fin seguramente los super robots a ser realmente inteligentes y esto por supuesto nos hará más profundamente inteligentes a nosotros mismos.

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