jueves, 2 de diciembre de 2010

10.8 Del Homo-sapiens al Homo-sapiens con Razón-omnipotente

10.8 Del Homo-sapiens al Homo-sapiens con Razón-omnipotente

El año 2019 comienza la era de los nuevos materiales artificiales tan importante que aún no sabemos cuando ni como terminará. En este año, después de que conseguimos hacer la maravillosa máquina “Transformadora de las propiedades físicas de los elementos” o conocida como Transformadora-pfe, todos los habitantes del planeta pudieron comenzar a gozar en su vida cotidiana de innovaciones transcendentales y muy positivas. Desde esa fecha el Homo-sapiens salta como ser pensante a una nueva etapa en su continuo perfeccionamiento.

A medida que nuestra joven generación va conociendo nuestro desarrollo histórico, se sienten orgullosos de saber que todos nosotros los humanos estamos ahora en posesión de la Razón-omnipotente. Superamos al Homo-sapiens que a pesar de ser consciente de tener razón la empleaba en un alto porcentaje equivocadamente. Con el buen uso de la razón comenzamos a dominar el fuego, nos hicimos útiles herramientas, construimos máquinas de vapor, dominamos las leyes de la electricidad, le sacamos la energía acumulada en el átomo transformándola en electricidad... Con el poder en manos inescrupulosas y haciendo un mal uso de la sagrada razón le sirvió: para tomarse el poder, para hacer esclavos, para hacer armas de fuego y después incluso intentó auto destruirse con sus propias bombas atómicas de hidrógeno, desafiando a duelo atómico las tropas capitalistas a los grupos no capitalistas. Los diferentes conjuntos de gente pacifista, encabezados por Bertrand Russell, desde hace un siglo que nos iniciamos y nos mantuvimos siempre luchando para maniatar a estos guerreros. Solamente conseguimos en el año 2030 que se eliminara de los arsenales la última de estas malditas bombas atómicas.

Somos pues de un nuevo tipo o super Homo-sapiens. Lamentamos que solo nosotros somos los poseedores, en el extenso universo conocido, del asombroso gen o mejor dicho los genes en cada célula que nos dan la facultad de discernir, o sea la razón con la que incluso podemos conocer por abstracción, parte del mundo material objetivo. Estamos sin embargo orgullosos de tener este don tan fantástico y a su vez avergonzados de que otros hombres del pasado la hubiesen usado para cosas tan atroces. Estamos seguros que con el razonamiento podremos alcanzar todas las metas, por ambiciosas que sean. Creemos que mediante el arte de razonar, se consigue poder absoluto sobre el mundo material y sabemos que en todo el universo es casi seguro que solo nosotros poseemos el don de la razón. Es lamentablemente casi seguro que es así dado que hemos comprobado que en el Sistema Solar no hay ni rastros de algún ser vivo ni menos de algún ser vivo y racional.

Evolucionó el universo inorgánico, durante una cantidad infinita de años, hasta que en un punto, de tamaño comparativamente casi insignificante, ahora llamado Tierra, creó las condiciones para que se formara la vida orgánica. La vida orgánica de plantas y animales evolucionó hasta crear un cambio dialéctico formando al hombre con razonamiento al Homo-sapiens. Este mediante, la razón que portaba en su cerebro, evolucionó mentalmente originándose actualmente la maravilla de las maravillas el Homo-sapiens con Razón-omnipotente. Ahora ya no mata a sus semejantes, ni siquiera les discrimina racialmente, salió de la Tierra y comienza a ser el gigante en el lugar que le corresponde el cosmos infinito. ¡El Homo-sapiens con la Razón-omnipotente ha nacido hace relativamente poco en este rincón del universo! Somos poseedores de esta omnipotente razón que es la mayor joya del infinito e irracional universo. ¡Somos poseedores de un poder con límites desconocidos pero de seguro que también esos límites son infinitos! Podemos cambiar el curso, no solo de los ríos y de los planetas, sino podríamos si esto fuera útil y razonable el transformar en semi-soles a los planetas. Podemos incendiarlos con la energía nuclear y no lo hacemos ni lo haremos ya que ello no nos prestaría ninguna utilidad. Nos podemos meter en lo más íntimo de las propias leyes generales que gobiernan el universo. Somos los legisladores y dueños, por ahora, solamente del Sistema Solar. Mediante máquinas hemos amplificado nuestra fuerza muscular en cientos de miles de veces. No hay límites para el crecimiento de nuestras fuerzas. Mediante nuestras computadoras, cada vez más poderosas, logramos hacer millones de veces más rápido algunas operaciones de nuestra mente. Los robots nos ayudan a ser más fuertes y mucho más inteligentes. Son nuestros robots solamente auxiliares para los trabajos físicos y además intelectuales con su mente programada por nosotros. Somos nosotros los realmente inteligentes y no estos robots ellos generalmente lo hacen mucho más rápido, pero en un proceso casi mecánico, en especial si se trata de nuestros cálculos matemáticos, no así cuando son asuntos típicos de la mente. Los computadores son actualmente un producto de la Razón-omnipotente. No por esto son nuestros hijos, son solo auxiliares que nos ayudan a transformarnos en seres cada vez más inteligentes.

Algunos escritores, en el siglo pasado, habían pensado que, cuando progresara la Inteligencia-artificial o IA, habría en el futuro una independencia completa de los robots dado que llevan cada vez mejores microprocesadores en su cerebro. Afirmaban que conseguida la independencia de los robots ellos nos convertirían primero en sus servidores y luego, cuando no nos necesitaran más, nos eliminarían. Esta posición catastrofista, que no era nueva, ahora no produce ningún tipo de temores. Tenemos una constante información de los científicos más idóneos que dominan a profundidad esta materia de la informática, estos científicos educan e informan a nuestra juventud haciéndolos que conozcan el funcionamiento de estas máquinas, eliminando la ignorancia en cuanto a este asunto. Esta juventud va luego espantando las creencias de que los superinteligentes robots se revelarán contra nosotros.

En el siglo pasado, la mayor parte de algunos grupos sociales, creían que comportarse como los animales no era nada de anormal. La influencia que ejercían las ideas de la evolución de las especies, mal enseñada en el colegio, hacía aparecer a los que mataban a los otros de otra especie o de su misma especie como algo natural. Por esto de la mala información sobre la evolución de las especies aparecían como ideas con fundamentos científicos, ideas del siglo pasado, donde siempre dominaban los malos, se escuchaba a menudo el pez más grande se come al más chico, etcétera. Tomando como si fuera una ley muy natural los vergonzantes abusos de los poderosos en armas o en dinero sobre la gente pobre. No era de extrañar que algunos escritores pensaran en que si los robots llegan a ser poderosos van a ser también los supermalos. Ahora tenemos muy claro que el hombre es portador de la Razón-omnipotente y esta tiene una moral que está muy lejos de esta falsa moral sacada de la evolución de las especies. Era inconcebible un mundo con robots buenos, había cesantía y la culpa de la cesantía no era de la mala administración, que tenía este grupo social, sino que le echaban incluso la culpa a los robots porque hacían el trabajo de varias personas. Han afirmado, que estos escritores aprendieron desde su infancia, que entre los hombres guiados solo por sus instintos irracionales existía la eliminación constante de unos sobre los otros. Este es el motivo que los hacía razonar en contra de los robots futuristas. La Razón-omnipotente la tenemos nosotros y no los computadores ni los robots. Si ellos obtuvieran una hipotética gigantesca velocidad y capacidad de almacenamiento en sus memorias, parecidas a las que tenemos nosotros, adquirirían probablemente también la Razón-omnipotente y no nos eliminarían jamás, tratarían de que nosotros progresáramos a su nivel de rapidez y capacidad mental. Nos sentimos ahora felices cada vez que aparece un ingenio, computador o robot, de nueva generación. La clara explicación de los científicos nos hizo desaparecer aquellas novelescas dudas. Mediante los computadores hemos agudizado a extremos increíbles nuestra inteligencia. Con esta poderosa ayuda de la informática nos ha sido posible conocer y dominar el mundo material hasta los confines del Sistema Solar.

Por otro lado nuestra filosofía positivista nos ha fortalecido espiritualmente mucho. Es decir que gracias a esta filosofía afirmada en los principios del positivismo que es la antítesis o filosofía contraria al pesimismo o catastrofismo, somos espiritualmente cada vez más fuertes. Estamos confiados que podremos seguir en el futuro, transformando el universo para que sea el sitio ideal para el desarrollo de la vida del Homo-sapiens del futuro quien tendrá aún miles de veces más poder sobre la naturaleza que el enorme poder que tenemos ahora nosotros. Gracias al buen uso de la razón todo es posible, sino ahora en un futuro calculable.

Esta idea, este modelo, que con el poder de la Razón-omnipotente todo es posible es pues lo que hoy casi ya tenemos alcanzado. Los límites de nuestra inteligencia, mediante la computadorización, se hacen infinitos como infinito es también el universo del que somos su Razón-omnipotente. Solo un infinito puede ser omnipotente razón de otro infinito.

¡Atención, atención Universo! La omnipotente razón a madurado en los hombres. ¡Universo el hombre usando su Razón-omnipotente te está colocando nuevos satélites y cambiando tus satélites naturales de lugar, está modificando y racionalizando las trayectorias de asteroides y cometas del Sistema Solar, está pensando en modificar la rotación y la órbita de algunos planetas! ¡Te está realmente hermoseando!

Es infinito el tiempo de existencia del universo que observamos. Ya es posible medir el tiempo que demora la luz emanada de algunos cúmulos de galaxias muy lejanas y esta luz demora en llegar a nosotros, en algunos casos, hasta a lo menos 14 mil millones de años. Han transcurrido mucho más de estos miles de millones de años sin que ninguna parte del universo, seguramente tenga conciencia de su propia existencia. Solo en los últimos tiempos aparecimos nosotros que tenemos conciencia de la existencia del universo entero. El universo evolucionó y creó a su superestrella al ser racional. Por este motivo nosotros somos una reliquia importantísima frente al resto del universo ciego de razón que a pesar de ser infinito: en el espacio, en la materia y en el tiempo, es irracional.

Tenemos una enorme responsabilidad, la de cuidar que todos siempre estemos guiados por la Razón-omnipotente. El conjunto de los elementos irracionales del universo: huracanes, sequías, terremotos, maremotos o caídas sobre la Tierra de asteroides, no nos van a destruir jamás. Ellos ya no pueden hacerlo ni tampoco permitimos la aparición de nuestros depredadores, nosotros hace ya tiempo que somos los terminales de la propia evolución.

El débil peligro latente de paralizar nuestro vertiginoso avance está en algunas personas enfermas genéticamente, que desean usar parte de su crónico y débil intelecto para destruir las cosas maravillosas que realizan sus propios semejantes. El peligro de nuestra destrucción estuvo muy cerca hace unos cien años atrás, con la amenaza del uso de las bombas atómicas de hidrógeno. El peligro originado por los guerreros aún no ha desaparecido totalmente, pero estamos alejando sus posibilidades y sus probabilidades de destrucción de la civilización son cada vez menores. Los enemigos, de esta facultad tan valiosa y joya solo del ser humano, existieron se originaron en los analfabetos de cultura, vírgenes en su desarrollo mental, incapaces de reconocer que el efecto proviene siempre de una causa que lo produce. Existieron y desgraciadamente dominaron por milenios a su enemigo número uno a la gente que usaba su propia razón y conseguía su independencia espiritual mediante la auto-educación. Solamente se libraron parcialmente los seguidores de Pitágoras resistiéndose en la clandestinidad y los Nabateos haciendo elecciones libres para sus gobernantes o sea viviendo libres y sin esclavitud. Para practicar esto debieron estar clandestinos encerrados por cinco siglos en la ciudad de Petra en pleno desierto hasta que llegaron desgraciadamente los del imperio romano a anexárselos. Las cosas del ayer histórico no habían desaparecido totalmente con la llegada de la débil democracia. A comienzos del siglo pasado (1914) han aparecido guerreros, poniendo a casi todo el mundo en pié de guerra. A mediados del siglo el así llamado eje de los tres países quiere que el resto del mundo se someta a su filosofía de exterminio empezando por asesinar a millones de judíos. Se derrotan pero después de unos años una parte de los vencedores quieren seguir luciéndose como guerreros, haciendo desaparecer un atolón con una sola bomba la bomba H y regando al mundo con radiactividad. Además amenazando la existencia de todo el género humano.

Felizmente apareció la ciencia que con su revolución de los microprocesadores y su Transformadora-pfe creó al Homo sapiens con Razón omnipotente y nos convirtió en titanes gigantescos. Con esta nueva materia y energía atómica limpia formamos un pequeño grupo que fue creciendo. Hemos sido elegidos por toda la humanidad, que ha hecho valer su derecho democrático universal, para que continuemos siendo, una parte importante de los guardianes para mantener la paz universal. Aún no ha pasado totalmente el peligro, estamos siempre alerta, los desconfiados en las bondades de la asombrosa ciencia no están obligados a creer en ella pero tampoco pueden obligar a que otros crean por la fuerza y no por la razón en sus diferentes y extrañas argumentaciones. Somos como los ojos siempre en estado de alerta cuidando que nadie nos destruya ni tampoco ponga en peligro de nuevo, con sus amenazas nucleares, una parte de este maravilloso universo infinito en materia espacio y tiempo que nos está invitando a hermosearlo.

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