10.9 Los sabios quemados vivos y los poetas perseguidos.

10.9 Los sabios quemados vivos y los poetas perseguidos.

Hace cien años, cuando salió el primer hombre al cosmos, yo tenía solamente 32 años. Era profesor de física y matemáticas de un liceo que lleva el nombre de un famoso poeta, “Liceo Pablo Neruda de Temuco”. El poeta Neruda fue ex alumno de este colegio y premio Nobel de literatura en el año 1971. Mientras Neruda hacía una de sus tantas visitas a Temuco, la ciudad donde se había educado, casi me convierto en un poeta. Les contaré un curioso episodio que me ocurrió con este poeta amigo y millonario de amigos. Normalmente cuando llegaba a Temuco yo lo conducía a visitar los lugares que él conocía desde su infancia y donde había hecho sus primeros poemas amorosos, lo acompañé por ejemplo a investigar la ubicación de la casa, ya en ruinas, de su amor casi virtual a la que él le escribió ¿Dónde estará la Guillermina?. Por tener esta amistad con el poeta, la esposa de un español que yo conocía hacia varios años, me llamó por teléfono pidiendo mi intervención para aproximarse con su marido al vate. Así fue como fuimos invitados a cenar por este matrimonio que Neruda aún no conocía. Neruda aceptó la invitación y por este motivo me pidió que le hable más detalladamente sobre ellos, le dije él es un industrial panadero traído de España junto con otros cientos por gestiones del Cónsul de Chile en España Neftalí Reyes, conocido como el poeta Pablo Neruda, su esposa Inés Eulogio es una profesora de biología que quiere conocer personalmente a Neruda. Partí de inmediato con mis descripciones. Inés es discípulo de la respetable familia de estos mensajeros que trabajan abnegadamente dando la mayor parte de su tiempo para enseñarles a la gente que el tiempo de la esclavitud está teóricamente terminada, pero aquí en esta región en la práctica el 99.99 % de los que llevan apellidos indígenas o sea mapuche son esclavos horrendamente discriminados y... Neruda tomaba notas mientras yo describía a esta abnegada amiga mía y unos diez minutos después me dijo Neruda “hemos hecho en conjunto un poema para Inés Eulogio, debemos de firmarlo los dos”. Me pareció algo inmerecido ponerle mi firma junto a la de Neruda, porque indudablemente que el poema era más valioso para Inés con solamente la firma del poeta de los poetas. Como invitados de honor por Inés y su marido español, con Neruda y Matilde nosotros fuimos a cenar a un buen restaurante de Temuco. En la cena Inés recibió este poema emocionada y seguro que lo guardó como un gran tesoro.

Pocos días después de un horroroso y sanguinario golpe militar, después de saquear su casa, los golpistas dijeron Neruda murió. Nosotros dijimos lo asesinaron, ya que asaltaron y prácticamente destruyeron su casa. Esto sucedió en, un país sudamericano Chile, mi lugar de nacimiento. Su asesinato, para nosotros que lo conocimos personalmente, fue una noticia muy dura. Fue poeta de los tiempos en que la vida peligraba por muchas razones, por manifestarse algún síndrome hereditario, por enfermedades causadas por virus o bacterias o por vivir escribiendo en un país sin democracia. Si el poeta no era un incondicional al régimen dictatorial de turno, peligraba su vida a causa de la acción de mafias organizadas y pagadas desde algunos países poderosos en dinero. Los bandidos tenían órdenes de matar las ideas. Ignoraban lo que los filósofos racionalistas repetían: “Las ideas son inmortales y no se pueden matar”. Tienen una propiedad en algo parecida a las de unas lombrices de la tierra, que descubrió un biólogo en el 2002, y que tratándolas de matar, dividió una en 260 partes y al poco tiempo de esas partes salieron otras 260 clones de esas lombrices. ¡Asesinaron a Pitágoras y miren lo que pasó! ¡Cuántos miles de Pitágoras nacieron en Grecia y cuántos millones hay en el mundo! ¡Cuántos miles de millones son ahora en el mundo los admiradores de las ideas del filósofo quemado vivo de la Sorbona Giordano Bruno! ¡Cuántos millones son los físicos que admiran el comportamiento inclaudicable del padre de la física, el sabio Galileo que a pesar de la cadena perpetua con la que se le castigó siguió afirmando que la Tierra se mueve!