jueves, 2 de diciembre de 2010

10.10 El poeta Neruda, en la domesticación del átomo, también tenía razón.

10.10 El poeta Neruda, en la domesticación del átomo, también tenía razón.

Neruda, el poeta por antonomasia, al vaticinar de que llegaría el día en que se lograría sacar el energético átomo de las manos de los guerreros irresponsables, también tenía razón. Nuestra organización o sea los “Pitagóricos con razón omnipotente”, cuando contó con muchos millones de adherentes, logró tener aparte de una enorme fuerza física una indiscutible y sana moral en todos sus integrantes. Con esta gigantesca fuerza se logró salvar a la humanidad de la gran pesadilla de sucumbir ante una posible hecatombe nuclear. Se cumplieron los deseos de nuestro socio honorífico Pablo Neruda, el deseo de que la energía del átomo sirva pacíficamente a toda la humanidad. Mejor concentremos unos minutos nuestra atención y leamos una parte de una de sus tantas magníficas odas.

Así el poeta lo deseaba en su:

ODA AL ÁTOMO
De Pablo Neruda (Premio Nobel de Literatura de 1971)

....Ya no tienes / secreto, / camina entre los hombres / sin máscara / terrible, / apresurando el paso / y extendiendo / los pasos de los frutos, / separando / montañas, / enderezando ríos, / fecundando, / átomo, / desbordada / copa / cósmica, / vuelve / a la paz del racimo, / a la velocidad de la alegría, / vuelve al racimo / de la naturaleza, / ponte a nuestro servicio, / y en vez de las cenizas / mortales / de tu máscara, / en vez de los infiernos desatados / en tu cólera, / en vez de la amenaza / de tu terrible claridad, entréganos / tu sobrecogedora / rebeldía / para los cereales, / tu magnetismo desencadenado / para fundar la paz entre los hombres, / y así no será infierno / tu luz deslumbradora, / sino felicidad, / matutina esperanza, / contribución terrestre.


¡Pablo el átomo se dejó llevar por tus consejos, te oyó finalmente! Hoy nos entrega su sobrecogedora energía para los cereales, para las sandías gigantes bajo las cúpulas con aire e iluminadas en la superficie de la Luna. ¡Ahora este dócil átomo, con su infinita energía, nos lleva de la Tierra al fantástico mundo de las Ciudades-espaciales al Anillo-geoestacionario y al Anillo-lunar, nos pasea por todo el Sistema Solar! ¡Quizás, querido Neruda como tú ya estás en el reino de los inmortales y además en el Olimpo de la eternidad con tus odas y poemas, seguro que han leído repetidamente tu monumental poema al átomo porque ahora ellos son dóciles de convencimiento, y lo más trascendental es que, se han puesto actualmente nuestra camiseta y ayudan en este momento a mantener la paz!

Pablo, por nuestro lado, así como tú también lo hacías, nosotros no descansamos ni un minuto y ahora somos muchos millones los que cuidamos a que no vengan los guerreros a convencer a nuestro pacífico átomo a que cambie su sano rumbo.

Para terminar voy a repetir a continuación algo que escribí en uno de los apartados anteriores de este mismo capítulo.

Parte de la historia de nuestro universo la conocemos desde unos catorce mil millones de años. Si tomamos el universo desde sus últimos diez mil millones de años más conocidos, de los que ya sabemos más objetivamente su historia por los mensajes que nos envían los cúmulos de galaxias lejanas, entonces podemos dividir esta historia separando cuatro etapas importantes como originadas por una super evolución: primero, hay un enorme período de tiempo aproximadamente en su 99,9 por ciento, correspondiente a todo el universo sumido solo en el mundo material inorgánico; segundo, este mundo inorgánico evolucionó en sus infinitas variedades de combinaciones con sus más de cien elementos originando con las maravillosas propiedades del carbono cuyas combinaciones son infinitas y en un momento dialéctico originó la maravillosa vida o sea al mundo orgánico; tercero, el mundo orgánico evolucionó durante el 0.0999 por ciento del tiempo conocido, originando cientos de miles de especies terminando esta evolución en el magnífico antecesor del Homo-sapiens; cuarto, nuestro antecesor da tumbos y tumbos durante un millón de años o sea en el 0.0001 por ciento del tiempo conocido y al final de su penúltima última etapa descubre su extraordinaria y mágica razón es decir ahora es un Homo sapiens. Entonces alrededor del año dos mil aparece en escena, combinando la razón con los crecientes microprocesadores, el Homo sapiens con Razón-omnipotente y hace terminar así la ciega evolución y arma la revolución de las revoluciones y comienza a cambiar desde entonces todo el grandioso e infinito universo. ¿En cuánto tiempo más terminará de hermosear totalmente el Sistema Solar? ¿Cuánto tiempo tendrá que trabajar aún para poner orden en la Vía Láctea?

Carl Sagan (1934-1996), el más famoso astrónomo y divulgador científico del siglo pasado, al presentar el libro “Historia del tiempo” de Stephen Hawking dijo: “...él tuvo una conclusión inesperada después de mucho esfuerzo: un universo sin un borde espacial, sin principio ni final en el tiempo...”

En todo el contenido de este libro hemos sostenido que nuestra filosofía nos conduce al usar la Razón-omnipotente a que la cantidad de: el espacio, la masa y el tiempo no tienen límites en ningún sentido. La existencia de ninguna de estas tres cosas fundamentales las podemos poner en duda, además nuestra intuición genética no nos permite pensar objetiva y realmente de otra manera. Espacio, masa y tiempo son infinitos y es el primero de los diez principios de la “Teoría de la Permanencia”.

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