EXTRAPOLACIÓN FANTÁSTICA
Capítulo 7
CONSTRUCCIONES GIGANTES
7.4 Las 84 Estaciones Espaciales Internacionales EEI
El número de grandes laboratorios de investigación, en situaciones de ingravidez en el cosmos aumenta año tras año. Los laboratorios están situados en diferentes órbitas en el Cosmos-ingrávido. Hoy ya contamos con 84 Estaciones Espaciales Internacionales con el conocido acrónimo en español EEI. Fue famosa la terminada de construir el año 2000 y conocida más bien como EEI alfa, o conocida también por la abreviación del inglés, como ISS alfa, International Space Station. Cada ISS está formada por un conjunto de laboratorios de investigación, están ubicados en una órbita como satélites artificiales de la Tierra. En general ahora tienen una duración permanente en su órbita, estos laboratorios van tripulados con dotación de habitáculo para varios miembros, y dotados de los mejores instrumentos de observación científica, etcétera. Son entonces nuestros grandes laboratorios espaciales. Estas 84 Estaciones Espaciales Internacionales EEI están situadas en diferentes órbitas alrededor de la Tierra. La más cercana está ubicada en una órbita casi circular con una altura sobre el nivel del mar de 400 kilómetros. Las EEI más lejanas están construidas y ubicadas más allá de la órbita de la Luna, es decir más allá de los 400 mil kilómetros de distancia. Existieron dos antecesoras de las EEI, construidas por la URSS se llamaron Salyut (año 1971) y la Mir del año 1986. Las Salyut y la Mir lamentablemente se hicieron descender quemándose en la atmósfera y sus restos calcinados quedaron en el fondo del mar, si no se hubiese cometido este error hoy serían un hermoso e importante lugar del museo espacial.
Las Salyut fueron una serie de siete estaciones espaciales tripuladas. Diseñadas especialmente para la realización de misiones prolongadas en el espacio. La superficie interior útil era de unos 100 metros cuadrados y tenían un peso de 20 toneladas. La primera Salyut se acopló en junio de 1971 a una nave Soyuz, para formar la primera estación orbital tripulada. Con la séptima y última de la serie Salyut se logró que un cosmonauta tuviera la permanencia en el espacio de 238 días. Toda una odisea para esos años en una pequeña estación espacial de solo 20 toneladas.
En el año 1984, la serie Salyut fue relevada por la primera estación orbital permanente, la Mir. La Mir fue construida como plataforma orbital permanente pensando usarla durante unos 6 años, pero duró en uso activo más del triple hasta después de la llegada de la primera EEI. Eran parte de este complejo espacial de la Mir las naves Progress. La nave Progress transportaba suministros alimenticios y materiales, era nave de carga. La nave Soyuz transportaba a bordo los cosmonautas desde la Tierra a la Mir y lo hizo con cosmonautas de una gran cantidad de países, algunos de ellos permanecían en la Mir por períodos de más de un año. Las naves Progress y Soyuz prestaron servicio continuado e impecable por 14 años a la estación espacial Mir. Muchos cosmonautas y hombres de ciencia pedían dejar a la estación Mir para siempre en órbita y usarla como museo o como un hotel. En forma inexplicable, en una misión muy peligrosa, la Mir fue dejada caer finalmente en el Océano Pacífico, frente a las costas chilenas.
Las primeras EEI eran plataformas orbitales ubicadas a baja altura, aproximadamente a una milésima parte del trayecto de la Tierra a la Luna, entre 390 a 600 kilómetros de distancia de la superficie de la Tierra, como ya les dije estaban destinadas a laboratorios de investigación científica y a la formación de astronautas para realizar sus primeras prácticas de vivir sin peso durante un tiempo prolongado en estos laboratorios del cosmos. Aparte de las naves recuperables tripuladas norteamericanas, la primera EEI se sirvió de las naves Soyuz que siguieron prestando los mismos servicios de trasladar cosmonautas a la EEI tal como lo hacían con la Mir.
Por estar situadas en una órbita alrededor de la Tierra, todas estas EEI no tienen en su interior, ni en su órbita, atracción de gravedad y los primeros y curiosos experimentos consistían en observar que: allí todo flota en el interior; nada tiene peso; no hay arriba ni abajo; cuando se da vuelta un vaso de agua, ésta no cae se forma un pequeño globo de agua que queda flotando y el globo oscilando cerca de la persona que hace el experimento, el agua no se va abajo ni toma otra dirección de preferencia. Los primeros cosmonautas decían: “Esto es estar en un verdadero Nuevo-Mundo”. Al mantenerse en pequeñas esferas flotando frente a nosotros, el agua aparentemente tiene extraños comportamientos en el cosmos, en el interior de nuestro organismo esta situación no juega ningún rol y felizmente esta aparente extraña situación no nos afecta para nada personalmente cuando bebemos agua, pero debemos habituarnos a beberla de una manera diferente. Que en el cosmos el agua no tenga peso, es más bien una buena ayuda para nuestro organismo. No olvidemos que nosotros asimismo estamos compuestos fundamentalmente de agua, en la Tierra el peso del agua en los intestinos ayuda a producir las enfermedades de hernias, las membranas intestinales envolventes son débiles sobre todo la de los ancianos. En el Cosmos-ingrávido no existen las hernias, ni tampoco cientos de otras enfermedades como por ejemplo: ronquidos; apneas; dolores musculares al cuello; quebraduras de huesos; etcétera. En nuestro nuevo medio ambiente ingrávido se han eliminado de raíz los efectos de la osteoporosis que hacen tan frecuentes las quebraduras de huesos y afectan a tanta gente que continua viviendo allí en la Tierra.
Se decía, en la física clásica a comienzos de nuestro siglo, que la fuerza de gravedad de la Tierra se extiende hasta el infinito. La mayor parte de los físicos, que se afirmaban en los principios de Newton, argumentaban que las naves en órbita, luchaban permanentemente por mantener el equilibrio entre la fuerza centrípeta efectuada por la atracción de la Tierra y la fuerza centrífuga originada por la velocidad adquirida mediante los motores de la nave. Dentro de las naves aparecía el juego de estas dos fuerzas como anulando la gravedad de la Tierra. La fuerza centrífuga se decía que era el “deseo” de salir por la tangente, de acuerdo al antiguo principio de inercia, se le llamaba fuerza centrífuga. Un cuerpo en movimiento orbital con su fuerza centrífuga, anulaba pues a esta fuerza centrípeta, o de atracción gravitatoria o “deseo” de la Tierra de llevarse a sus entrañas al cuerpo que orbitaba en sus alrededores. En resumidas cuentas, toda la poderosa gravedad ejercida por la Tierra en esa región interior del cuerpo-satélite mientras se movía en esa órbita se afirmaba que se anulaba para toda la eternidad mientras el cuerpo orbitara y sin necesidad de darle más energía de ningún tipo. Toda esta historia era resultado como consecuencia del veloz movimiento de los cuerpos a través de ese trayecto en el espacio.
La realidad objetiva es simplemente esta otra. Como todos los cuerpos que observamos en el cosmos siempre los encontramos moviéndose en alguna órbita, entonces tomamos este movimiento como el natural y ahora nosotros sostenemos lo que observamos. Decimos simplemente, de acuerdo con la Teoría de la Permanencia, no hay entonces necesidad de suponer la existencia de la gravedad en ninguna zona orbital. Las naves espaciales apenas dejan de funcionar sus motores toman su movimiento inercial orbital. Se mueven automáticamente por la órbita originada y resultando que el producto del radio vector R por la velocidad V al cuadrado, o sea que RVV pasa a ser una constante y no hay posibilidades de tener otro movimiento inercial en el cosmos. Si impulsamos un cuerpo mediante un motor a reacción originamos en el interior de la máquina una gravedad. Los ingenios espaciales, como cohetes de investigación y las astronaves, en el cosmos se mueven mediante sus motores y para esto los motores lo hacen gracias al principio de acción y reacción. Cuando los motores están lanzando por sus toberas el gas o la luz hacia el exterior entonces en el interior de la nave aparece la gravedad. En cualquier parte del espacio cercano o lejano a la Tierra, apenas dejan de funcionar los motores de la nave desaparece para los cosmonautas del interior automáticamente la gravedad en todo el interior y también en el exterior de las astronaves, si por supuesto se ponen escafandras y salen a pasear en las cercanías.
Demostramos, haciendo uso solamente de nuestra razón, que si se dejan de hacer funcionar los motores de una astronave desaparece el peso de los objetos y de las personas ubicadas en su interior y no hay forma de medir la supuesta gravedad en ese punto, ni la originada por la Tierra ni tampoco la del Sol. En estas condiciones de ingravidez total en el interior de la nave, sin afirmarnos en obtener información del exterior, no existe ningún instrumento para medir esta virtual gravedad y si lo hubiera ¿cuál gravedad mediría en ese punto de la galaxia, la del Sol, la de la Tierra o la suma de todas ellas? Por lo tanto, ¡no existe la gravedad! En los lugares donde los cuerpos se mueven con una velocidad natural y propia de todos los movimientos orbitales, ningún cuerpo en órbita necesita de ninguna fuerza adicional para mantenerse allí. En órbita permanecerán los cuerpos indefinidamente hasta que una fuerza extraña, o perteneciente a otro sistema los haga cambiar. Por ejemplo el choque de un cuerpo en órbita con un meteorito lo puede hacer cambiar de órbita. La gravedad natural se suponía que se produce por la presencia de materia como la Luna o la Tierra, como ya les dije anteriormente el uso de motores a reacción produce el mismo tipo de gravedad en el interior de una nave es la llamada gravedad artificial.
El moverse en una órbita es el lugar natural para todo cuerpo en movimiento en el cosmos, allí permanecerá conservando su tipo de órbita y moviéndose indefinidamente en el tiempo, hasta que no sea perturbado por otro cuerpo extraño. Antes de que apareciera la Teoría de la Permanencia se creía que el lugar natural era el movimiento rectilíneo y uniforme, invención que no tiene una existencia real. Es una suposición inexistente en el mundo real y objetivo, es un producto solo de la fantasía humana. No hay ningún cuerpo que se mueva por una línea recta. Por ejemplo la Luna está en una órbita, que es su situación natural, que no abandonará salvo que una fuerza proveniente del choque con otro gran cuerpo la haga cambiar a otra órbita, pero jamás tomará una línea recta.
Esto de que todos los cuerpos puedan permanecer en órbita como si fuera su inercia natural lo explicamos diciendo que es natural, ya que es un principio de la física enunciado claramente por la Teoría de la Permanencia...
Nota:
foto: www.nasa.gov
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