lunes, 7 de diciembre de 2009

1.4 El centenario de la salida del primer hombre al cosmos


1.4 El centenario de la salida del primer hombre al cosmos


En algunas semanas más, el día 12 de abril del año 2061, los 15 mil millones de seres humanos repartidos dentro del Sistema Solar, celebraremos el centenario de la salida del primer hombre al cosmos. Haremos este merecido recuerdo con mucha ceremonia y además llenos de emoción ya que la conquista del cosmos fue la hazaña más grande de toda nuestra historia.

Para realizar este solemne objetivo hay una movilización general de todos los seres racionales, en los diferentes y numerosos puntos del universo en que se encuentran viviendo. En casi todo el mundo, desde hace ya algunas décadas, este memorable día se ha declarado día festivo. Ahora, por cumplirse el primer centenario de la salida del hombre al cosmos, el feriado de este año se ha programado para que sea mucho más generalizado y es así como este día festivo lo esperan celebrar solemnemente: los habitantes de la Ciudad-planetaria; los habitantes de las otras 30 Ciudades espaciales geoestacionarias; los habitantes de los Complejos-habitacionales del Anillo-geoestacionario; y los nuevos habitantes del Anillo-habitacional-lunar, recientemente iniciado de manera tan prometedora. Los habitantes de los cinco continentes de la Tierra ya comenzaron los preparativos y los pasajes al cosmos están copados para esos días. Las festividades están programadas como para realizarse en forma muy pomposa y formales para estos residentes que quedan aún en la superficie terráquea y además será también feriado para todos los otros moradores de los numerosos rincones del Sistema Solar donde hay instaladas colonias de investigación. Es incluso feriado para aquellos grupos, formados por varias centenas de miles de trabajadores, dedicados a la construcción de los lugares habitacionales en el cosmos. Es un feriado aprobado casi unánimemente, en uno de sus últimos plebiscitos, por los 15 mil millones de habitantes repartidos en el Sistema Solar.

Hace cien años atrás, el 12 de abril del año 1961, yo era muy joven y esta memorable fecha 12 de abril del 2061, o sea, un siglo más adelante, parecía demasiado lejana para pensar en ella. En ese lejano tiempo, el promedio de vida de los hombres, tomando el conjunto de toda la Tierra, era de aproximadamente solo de medio siglo y como consecuencia de esta corta vida, nadie pensaba seriamente en acontecimientos importantes que podrían suceder un siglo más adelante. Por esos años, no recuerdo a alguien que haya comentado haber leído o que personalmente se le ocurriera haber pensado que cien años después la humanidad iría a tener estos cambios tan espectaculares, de tener por ejemplo viviendo a la mayoría de los seres humanos fuera de la Tierra. Tanto en mi caso, como en el de mis numerosos amigos dedicados a leer ciencia-ficción siempre hablábamos de lo espectacular que sería el avance tecnológico para el año 2000, pero jamás nos referimos al avance tecnológico del año 2061.

¡A comienzos del milenio no había nadie que se atreviera a pronosticar que más de la mitad de la humanidad se trasladaría a vivir fuera de la Tierra en un lapso tan corto de tiempo de solamente sesenta años y además antes de cumplirse el centenario de la salida de Yuri al cosmos! Entre otras interesantes cosas, estas cifras de las personas que viven dentro y fuera de la Tierra las entregó el último censo del año 2060.

Con la buena fantasía y abundante imaginación que tenía, como toda la gente joven, jamás pude acercarme, ni siquiera en mis pensamientos, a la idea de que yo tendría algún rol que jugar en este lejano e importante día. En el momento de la salida del hombre al cosmos yo tenía solamente 32 años de vida. Además, era imposible imaginarme que cien años después de este grandioso acontecimiento, estaría vivo, con más ganas aún de seguir viviendo y además tan lleno de vitalidad como la de un joven optimista. No pensé en mi juventud que llegaría alguna vez a escribir algo de esta enorme importancia como es la de tener la oportunidad ahora de contar esta fascinante historia, tan profundamente ligada a mi propia vida.

Estuve, como es normal, desde muy niño acompañado siempre por una abundante fantasía. En mi adolescencia alimenté mi imaginación, como lo hacía un alto porcentaje de los jóvenes de mi edad, leyendo apasionadamente las obras de Julio Verne. A Verne lo consideraba como el campeón de la anticipación científica. En mi temprana juventud, el modo entusiasta que tenía de analizar las cosas, no me permitía comparar a Verne con ningún otro escritor. No tenía con quién compararse, era realmente un auténtico campeón sin competidores, me puse por lo tanto la camiseta de Verne. Creía que los pronósticos de Verne vendrían sin falta y tal cual él lo dijo. Después comprendí que es imposible ser profeta en el cien por cien de los avances científicos. Nadie puede penetrar a vaticinar el complejo desarrollo de la humanidad, ni menos de las cambiantes ciencias del futuro. Verne no logró vaticinar un solo camino que fuera en un cien por cien correcto. Visto desde nuestros tiempos su aproximación es muy discutible. Como por ejemplo sus vaticinios con respecto a: el ir a la Luna, el penetrar al centro de la Tierra, el dar la vuelta a nuestro planeta, etcétera. El viaje al centro de la Tierra está descartado como una posibilidad real. Los otros dos de estos tres temas y otros asuntos fueron realizados ya hace tiempo de una forma muchas veces superior a lo imaginado por este insigne escritor. Su misión monumental fue la hacer comprender a sus contemporáneos la enorme tarea que sería capaz de realizar el género humano. En aquellos tiempos juveniles, mis deseos de hacer siempre anticipación científica no fueron suficientes para permitirme calcular anticipadamente que yo iba a tener la satisfacción de escribir esta fantástica narración. Me he sentido con una gran responsabilidad de escribirla, por tener estos ciento treinta y dos años de vida y por haber sido testigo personal de este magno acontecimiento de la salida del primer hombre al cosmos. Esta responsabilidad de escribir sobre este extraordinario acontecimiento, la tenía prometida además a mis amigos más queridos. Había tenido la suerte de pertenecer a un grupo que se juramentó servir abnegadamente a la causa científica en un momento muy delicado y arriesgado para los que abrazábamos las ideas progresistas. Con este grupo, formado por los catorce amigos positivistas, logramos ayudar a contribuir a que los avances científicos no los pararan de nuevo aquellos que ayer sentenciaran al exilio a Pitágoras, usando los prejuicios religiosos de aquella época.

Estas memorias son, por otro lado, una recopilación de los recuerdos sobre los hermosos tiempos, en los que se proyectaron algunas fantásticas creaciones, como ser las colosales construcciones habitacionales para el nuevo ser humano. Son ejemplos notables la construcción del Archipiélago-pacífico allí en la superficie de la Tierra y la de la construcción de los Anillos-habitacionales en el espacio exterior. En su mayor parte son estas memorias una recopilación parcial de cómo se lograron edificar las fantásticas construcciones en el inmenso o mejor dicho infinito Cosmos-ingrávido. Debo contarles detalladamente como fue posible y como se pudo llevar a cabo que de los quince mil millones del año 2060, ocho mil millones de seres humanos se fueron voluntariamente en un éxodo sin precedentes a vivir al Mundo-ingrávido. La humanidad desde el dos mil hasta ahora ha más que duplicado el número de sus habitantes. El Mundo-ingrávido tiene ahora viviendo en su región a más de la mitad de la mitad de los seres humanos. En este nuevo mundo, cuyo primer paso lo dio Yuri Gagarin, hay hoy día construidos y habitados entre otros grandiosos monumentos: un Anillo-geoestacionario-habitacional; Plataformas espaciales con atracción de gravedad; Ciudades-espaciales en la zona geoestacionaria; un Anillo-habitacional en la órbita de la Luna; etcétera, etcétera.

Les contaré como nuestro grupo de los catorce Pitagóricos, que usábamos por supuesto para todo nuestro actuar la Razón-omnipotente recibió un nombre especial. Fuimos rápidamente muy conocidos, nuestro nombre los “Pitagóricos con razón omnipotente”, estaba en las conversaciones diarias de toda la juventud de nuestro planeta. Nos convertimos rápidamente en una organización con millones de adherentes. La mayor parte de estas enormes construcciones en el cosmos fueron proyectadas por nuestro grupo. Terminan estas memorias narrándoles una parte muy importante que es el último de los grandes hitos de la Humanidad, esto es la construcción de la primera Ciudad-planetaria. Yo les estoy escribiendo desde esta ciudad espacial, con cien mil habitantes, girando en torno a un eje virtual en 24 horas, moviéndose delante de la Tierra en su misma órbita alrededor del Sol y por supuesto recorriendo la órbita completa en doce meses.


Icosaedro habitacional

Esta es una ciudad espacial que tiene la estructura del cuerpo geométrico llamado icosaedro regular, pero con sus veinte triángulos equiláteros gigantescos, y además tiene autonomía, o sea, produce todo lo que consumen sus habitantes y por lo tanto no necesita la ayuda del exterior. Esta ciudad se terminó de construir en el año 2059 y comenzó a ser habitada recién en el año 2060. Ahora hay una verdadera fiebre por vivir en este tipo de paraíso habitacional del cosmos. Les contaré hermosos recuerdos, del momento en el que hicimos el proyecto y la rapidez con que después se empezaron a construir estas formidables y hermosas Ciudades-espaciales, con capacidad para cien mil habitantes. Como lo pueden apreciar, las narraciones se sucederán en un orden no siempre exactamente cronológico, ya les estoy contando cosas que vendrán en los otros capítulos de más adelante. No me ha sido posible ajustarme a un estricto orden cronológico, creo que esto de hacerlo así no resulta tan malo, ya que de esta forma estas historias tienen algo más de atractivo. Mi madre Clotilde, sabía hablar con un acento muy cariñoso y era una artista para adornar el idioma español cuando se trataba de contar lindas historietas. Para hacerme dormir empezaba por decirme que el nuevo cuento de esta noche era más interesante aún que el cuento narrado en la noche anterior. Sabía hacernos un exordio muy adecuado como introducción. Había recibido una buena enseñanza, en las escuelas para profesores de niños pequeños, ella sabía un buen método de cómo se las arreglaban los griegos contando previamente estos resúmenes de lo que va venir para mantener el interés y la atención despierta de quienes los escuchaban. Seguramente era seguidora de las formas usadas en el teatro de Eurípides. Comenzaba por adelantar algo del contenido del cuento, pero nunca insinuaba el final, y luego recomenzaba la narración como correspondía, repetía en conclusión el fantástico y feliz final, una y otra vez, hasta momentos antes de que me durmiese.

En esta introducción estoy haciendo lo mismo, es decir, les estoy tratando de motivar el interés al estar escribiendo en un corto resumen el contenido de los diez capítulos de Extrapolación Fantástica.

Estas narraciones referentes a las colosales construcciones en el cosmos están llenas de muchas creaciones hermosas y fantásticas realizadas por nuestro grupo, creaciones que incluso se mantienen hasta hoy y seguirán manteniéndose seguramente por milenios.

A pesar de ser un trabajo algo pesado para los que no dominamos el hermoso arte de escribir, me propuse terminar de escribir esta anticipación científica un poco antes de que se cumpla el centenario de la salida de Yuri al cosmos. Solo mi maestro Bertrand Russell fue capaz de dominar el arte de escribir y ser al mismo tiempo tan sobresaliente en la lógica matemática, como en mantenerse a la cabeza del movimiento por la paz en el mundo. Mi profesión no es la profesión de escritor, sino es de otra índole. Escribo con mucho gusto, ya que también gozo enormemente con sacar del fondo de mis infinitos recuerdos algunas de las cosas más interesantes y que, además, tienen que ver con estos asuntos futuristas que me fascinan.

Les digo algo sobre la odisea que significó para mí el escribir para rendirle homenaje a un gran amigo de todos los amantes de la paz y contemporáneo o sea para Yuri Gagarin.

En la parte que a mí me concernía, tenía una fecha fija para entregar listo este trabajo a la imprenta. La publicación debía salir a la venta al público antes del 12 de abril del 2061. La fecha dada por la imprenta estipulaba un plazo máximo para la entrega que yo tenía que hacer, ésta no podía pasar de mediados del mes de marzo del año 2061. Me explicaron que después que entregue el original, por supuesto debidamente digitalizado, o sea escrito mediante computador, el contenido del libro debe pasar durante varios días en manos de los correctores y otros técnicos. O sea, la imprenta necesitaba a lo menos quince días para tenerlo listo para su publicación. Debo confesar, que este trabajo lo he terminado de escribir en la fecha señalada, pero ocupando el doble de la extensión que estaba primitivamente acordada. Entonces tuve que comenzar a podarlo cortándole la mitad de lo que tenía escrito y por supuesto, con mucha pena de mi parte. Debí releerlo para compaginar las podas realizadas y además corregirlo en algunas de las faltas más notorias. Lo terminé de corregir, solo unas horas antes de comenzar el primero de abril del 2061.

Me ayudaron los numerosos amigos progresistas de la imprenta a salvar, a duras penas, el propósito fundamental de que saliera este libro a publicidad en la histórica fecha planificada. A ellos se debe fundamentalmente que estas memorias sirvieran como un homenaje más a la celebración de los cien años de la salida de Yuri al cosmos, el 12 de abril del 2061.

Temí que este retraso en entregar esta narración terminada tan a última hora, impediría su publicación antes del 12 de abril, como era el buen propósito o mejor dicho la meta que tenía proyectada. Felizmente en un par de horas los técnicos la dejaron instalada y a disposición en Internet y en otros medios en todas las bibliotecas para todos los lugares del cosmos habitado por nosotros, los que vivimos en las Ciudades-espaciales y los habitantes de los otros puntos del Sistema Solar indudablemente también quedó a disposición para todos los residentes de la Tierra. Estas memorias escritas en papel como se acostumbraba hacer hace varias décadas atrás, o sea, en libros tradicionales, salieron de las imprentas tan solo un par de días antes de la histórica celebración del centenario de la comprobación por Yuri de que el vivir en el mundo ingrávido es ideal para nuestros músculos, huesos y en general para nuestra salud completa. Les contaré en forma más extensa y con algunos detalles al final de este libro pero les adelantaré de inmediato algo al respecto.

Seguramente muchos de ustedes saben exactamente como se vive en la nueva Ciudad-espacial-planetaria desde donde les estoy escribiendo. Los nuevos medios de información les han mostrado a nuestra fastuosa y espaciosa Ciudad-planetaria donde vuelan dichosos, no precisamente los pajaritos, sino nosotros, sus cien mil habitantes. Nos deslizamos de un extremo a otro, sin usar otra locomoción que la originada por nuestra propia fuerza muscular que nos permite volar mejor y más rápido que un águila en la Tierra. Nosotros tenemos la ventaja para volar, con respecto al águila, ya que no tenemos peso en el cosmos. Pero les debo decir que si no se vive inmerso en esta nueva realidad no se conoce simplemente lo esencial de este mundo del futuro. Los nuevos medios de información son aún incapaces de describir esta fantástica realidad. Como ya les dije, yo me encuentro escribiendo en una hermosa Ciudad-planetaria autónoma, que es una especie de pequeña copia de la Tierra y algunas de sus funciones fundamentales. Por ejemplo los días y las noches son iguales como en el Archipiélago-pacífico, la luz y energía del Sol es casi la misma recibida en la superficie terráquea. Esta pequeña Tierra se llama Planetoide-artificial-001, recién inaugurado el año 2060 y que apenas terminado se ha poblado totalmente. Nuestro primer Planetoide, entre muchas de sus cosas maravillosas, tiene un espacio o volumen sobrado para sus cien mil habitantes. De esto hablaremos mucho más extensamente en los últimos capítulos. Ahora les contaré resumidamente en orden más o menos cronológico algunas de mis fantásticas vivencias positivas. No he sido nunca una persona extraordinaria sino al contrario he tenido la satisfacción de comportarme y vivir como un ser humano normal. La adquisición de tantas vivencias positivas se debe a que he sido testigo de muchos más acontecimientos que otras personas, seguramente debido al hecho de tener esta larga longevidad de ciento treinta años de vida. Durante mi larga vida, se han desarrollado muchísimos acontecimientos históricos fabulosos y me espera aún conocer el gran futuro ya que según el Computador-central todavía me queda a lo menos el noventa y nueve por ciento del tiempo por vivir.

Les contaré a continuación algunas cosas interesantes de un héroe y personaje tan importante como fue Yuri Gagarin. Hace cien años atrás el 12 de abril del año 1961, a las 9.30 horas de la mañana, hora de Moscú, se produce la primera salida del Homo-sapiens al cosmos. Esta noticia da la vuelta al mundo instantáneamente y produce un asombro y alegría generalizada en todos los rincones de la Tierra. A raíz de este magno acontecimiento, que es la noticia más asombrosa, espectacular y emocionante del milenio pasado, se producen simultáneamente una serie de acontecimientos muy interesantes e importantes. Con la salida del hombre al Mundo-ingrávido, por primera vez los seres humanos nos aventuramos a penetrar a la zona donde se mueven raudos los planetas y cometas desde un tiempo que es una verdadera eternidad. Se le abren sorpresivamente, al ser humano, las puertas hacia el cosmos infinito y también de par en par las ventanas para observar lo inmortal, codeándose con el mundo astronómico de lo eterno. Desde ese día estamos en contacto directo con el espacio sin límites de extensión, como con la infinita masa de materia compuesta en nuestras cercanías por sus miles de millones de estrellas en la Vía Láctea y fuera de esta por cúmulos y supercúmulos de galaxias. Desde ese día el cosmos fue para todos nosotros un tema de preocupación permanente. Ahora sabemos que estas enormes galaxias aumentan en nuestro inventario su número de día en día, ya que se descubren a diario otras decenas de miles más que pasan a incluirse en su ya multimillonario catálogo. Aparte de esto penetramos en la zona donde el tiempo se palpa como transcurriendo desde y hasta un número infinito de años. Desde ese tiempo la mayor parte de los astrónomos y físicos materialistas son escépticos a creer las historias de que un día determinado del pasado tuvo nacimiento el universo. Ahora en el año 2061, esto de dar nacimiento al universo en un día determinado suena como algo muy divertido y además absurdo.

Años después de la hazaña de Yuri, las consecuencias originadas al estar en el espacio, en contacto con estos infinitos fueron gigantescas. Nuestra propia y corta vida se transforma en una larga vida, que contagiada quizás con estos infinitos se vuelve también ilimitada en el tiempo. Ese día doce de abril se rompen las cadenas de la fuerza gravitatoria, que nos había mantenido prisioneros aquí en la Tierra, por más de un millón de años.

Este primer cosmonauta bate en ese día, en una sola hora y media que duró su vuelo, una enormidad de récordes. El récord de velocidad en vehículo tripulado, antes de ese día era solo de 1800 kilómetros por hora, Yuri hace saltar esta plusmarca a 28800 kilómetros por hora, o lo que es lo mismo el vuela en su modesta envoltura, en una “cápsula de latón”, a razón de 8 kilómetros por segundo alrededor de la Tierra. La máxima altura, sobre el nivel del mar a que había subido el hombre, fue batida en un porcentaje del 1000 por ciento o sea Yuri se elevó diez veces más alto. La vuelta al mundo, de un vehículo tripulado, tiene en ese día un nuevo récord de solo noventa minutos. El hecho de poder vivir sin peso se medía solo en minutos, en una caída libre, ahora Yuri se ha mantenido por más de una hora y media viviendo sin los efectos de la gravedad... Así sucesivamente nuestro primer cosmonauta bate muchos otros récordes.

Lo más importante de todo es que se comprueba, es decir se demuestra, en forma práctica e irrefutable, que el hombre puede vivir sin que ni su sangre ni sus huesos o mejor dicho que su cuerpo no tenga peso. Esto fue lo más asombroso encontrar un mundo muchísimo mejor que el que tenía en la superficie gravitatoria de la Tierra, aquí estaba nuestra cuna él fue el primero en abandonarla. Aparte de esto se descubre que este estado ingrávido es el estado natural en este nuevo mundo cósmico, el estar en órbita implica obligatoriamente y de forma normal el no tener peso. Pero como en el cosmos todo debe estar en órbita, entonces todos los seres humanos allí o allá no tienen peso. Además, lo que es seguramente lo más importante, es que ese día comprendemos que el vivir en un planeta que nos obliga a tener peso es una anormalidad, para tener peso hay que estar sobre un cuerpo de una enorme masa, comparada con la nuestra, como la Tierra o la Luna. Perdemos el peso desde el momento en que la nave cósmica comienza a moverse en órbita. Perdemos también el peso cerca de la superficie terráquea, mientras estamos lanzados en caída libre. Se inaugura la nueva era para el hombre, el vivir fuera de su cuna grávida, la Tierra. Esta gigantesca hazaña, de ser el primer ser humano en subir a este nuevo mundo, le correspondió realizarla a Yuri Gagarin, que como casi todos ustedes saben, en aquel momento, era un joven de solo 27 años de edad.

La celebración de este grandioso centenario es algo muy importante para todo el género humano. Su enorme trascendencia ya es muy notoria en todos los rincones del mundo donde hay Homo-sapiens. En los diferentes países de todo el orbe, todas las instituciones están movilizadas con actividades especiales para este solemne día. Esta celebración, de la salida del hombre al espacio, será pues un momento histórico de enormes dimensiones y además participarán los habitantes, tanto los que quedan en la superficie terráquea como los residentes ya establecidos definitivamente en el cosmos.

Yo me he sentido cada vez más contento de tener el honor de escribir testimoniando, recordando y contando parte del origen de este magno suceso que se avecina. Estoy cada vez más ansioso de que pasen los días y a su vez contento, a medida que se aproxima este importantísimo e histórico momento.

En estas limitadas páginas de este libro me refiero a tan solo una parte de los principales acontecimientos ocurridos durante este último palpitante siglo. Aparte de estos acontecimientos reales les cuento algunas de las emociones personales, anécdotas y vicisitudes, vividas por varios de los catorce Pitagóricos. Nosotros vivíamos usando siempre, para todo nuestro actuar, el razonamiento. Nos ayudamos para nuestros cálculos elementales de las máquinas calculadoras de bolsillo y después por los computadores. Nos fuimos uniendo progresivamente con casi todos los nuevos instrumentos que usaban las nuevas generaciones de los crecientes microprocesadores o mejor dicho fuimos empalmándonos férreamente con la informática. Nuestra nueva forma de razonar ayudada por los microprocesadores tomo así el nombre de Razón-omnipotente. Como quedará claro más adelante, somos entonces, los Pitagóricos con Razón-omnipotente los principales protagonistas de esta gran aventura.

Partes de mis memorias, sobre el transcurrir de mi propia vida en la Tierra y en el Cosmos-ingrávido, las he compaginado con varios de los grandes acontecimientos en estos cien años, a partir del 12 de abril del año 1961 y hasta el 12 de abril del año 2061. Para contarles había separado, a lo menos, un suceso importante por cada año, o sea, tenía más de cien cosas interesantes a rememorar. Debí disminuir mis ambiciosas intenciones iniciales para así producir un libro que se editara en un solo tomo. Otra cosa problemática fue que se me hizo difícil clasificar, solo en diez capítulos, los más relevantes sucesos y tener que citar solamente algunos de los más grandes descubrimientos de todo un siglo.

Una de las cuestiones notables, que distingue a todos los educadores por antonomasia, es que en nuestro delicado oficio, siempre pretendemos explicar las cosas complicadas bajándonos al nivel de la mayoría de nuestros alumnos. Comenzamos dándoles un ejemplo comparativo, y parecido al espinoso tema, pero lo más sencillo posible y después nos vamos cuidadosamente a desarrollar el tema de difícil comprensión. En este libro lo complicado lo haremos lo más claro posible mediante ejemplos similares y más sencillos y si no es posible hacerlo así, entonces llevaremos el tema al apéndice ubicado al final. En otras situaciones complejas dejamos las complicaciones, que involucran conocimientos especiales en este mismo apéndice.

Con el deseo de entregarles las descripciones de los acontecimientos con explicaciones científicas más precisas, y que obligan a hacer uso de algún formulismo, dejé en el agregado de este libro las fórmulas matemáticas y los conceptos y temas de difícil acceso o de mayor extensión. Usted puede ir, directamente al apéndice, guiado por el pequeño número que va escrito a continuación, de una expresión complicada.

Voy a resumirles aquí en esta introducción, los asuntos principales que motivaron mi inspiración para escribir esta narración. Fui contemporáneo con Yuri Gagarin, por haber sido casi de la misma edad a la fecha del lanzamiento de la primera nave espacial al cosmos. Por esta circunstancia anterior y además por haber vivido con mucha emoción ese día 12 de abril del 1961, tengo una especie de derecho a escribir con cariño sobre Yuri. Mi gran amigo César Godoy Urrutia, que era como mi hermano mayor, tuvo la oportunidad de entregarle personalmente a Yuri mis felicitaciones y decirle que en su honor le había puesto el nombre de Yuri a mi hijo que nació días después de su salida al Cosmos. Yuri Gagarin me mandó en respuesta un medallón con su firma y que decía entre otras cosas de Yuri a Yuri. Tengo entonces un honor, ganado por estas circunstancias, a rendir otro de los homenajes que corresponde al primer cosmonauta. Para rendir afectuosos cariños a Yuri sobran razones, ya que fue el primer ser humano que salió a nuestro mundo o sea al Cosmos-ingrávido. Yuri demostró que el hombre puede vivir muchísimo mejor y placenteramente en el espacio sin gravedad. Ahora se cumplen cien años de la trascendental salida a órbita de un ser humano. Las cosas importantes que suceden en un momento histórico generalmente no son producto de la casualidad, el comienzo del desarrollo impetuoso de los acontecimientos científicos originados en ese entonces fue el que dio origen al inicio de la conquista del espacio exterior. Como ya les conté la emoción que me causó la salida de Yuri Gagarin al cosmos me impresionó, de tal manera que, cuando veinte días después nos nació un hijo varón, resolvimos con mi esposa Marta colocarle el nombre de Yuri. Nuestro hijo es astrónomo titulado en Polonia en la universidad de Cracovia donde estudió Copérnico, el padre del Sistema Heliocéntrico. ¡Con Martita respetamos y nos emocionamos hasta las lágrimas con este magno acontecimiento de que el ser humano salía por fin a vivir al mundo ingrávido y además lo hacía por medio del primer osado, simpático y pacifista cosmonauta!.

Dado que aún con 132 años de edad me siento todavía un profesor, he pensado que esta narración resumida de los recuerdos sobre los últimos cien años, sirve para enseñar a pensar profundamente en el enorme cambio filosófico que hemos experimentado. Desde hace un poco más de un siglo hemos sabido apreciar y querer a la ciencia. El origen de apreciar la importancia que tiene el desarrollo de la ciencia, se debe a su producción tan maravillosa en beneficio del hombre. Por sus frutos la ciencia no tiene puntos de comparación con nada, sobre todo con lo relacionado a los avances científicos dados constantemente por la informática y en especial ahora con la conquista del espacio de todo el Sistema Solar.

Como no se ha dicho, por otros escritores, lo suficiente sobre las fantásticas propiedades favorables para el desarrollo de la vida del hombre en el Mundo-ingrávido, me dedicaré en los capítulos venideros, de mis memorias, a plantearlo en forma repetida y algo más extensa que la forma habitual como lo hacen los escritores profesionales. Por supuesto que esta, la primera vivencia, fue iniciada en este nuevo mundo ingrávido por Yuri. Les adelanto que la vida, de nosotros los seres humanos en la órbita ingrávida, se hizo mucho más feliz, ya que no quedó limitada a solo unos cien años, sino que se logró aquí en el cosmos tenerla ilimitada en el tiempo. Desapareció el terrible y continuo temor a la muerte.

Como casi la mitad de los seres humanos aún viven en la superficie de la Tierra y no tienen la experiencia de vivir en la ingravidez, es decir sin peso, en los diez capítulos de Extrapolación Fantástica me propuse dar a conocer en detalles este tema. Creo que logré desarrollar el interesante contenido sobre el maravilloso descubrimiento del feliz desarrollo de la vida del hombre en el Mundo-ingrávido, dedicado a convencer, a los habitantes que aún quedan en el planeta, a que se decidan a abandonarla. Fue un sencillo descubrimiento lograr vislumbrar que, mediante el uso de la Razón-omnipotente, se puede vivir mejor en el Mundo-ingrávido que en la odiosa y gravitatoria superficie de nuestro planeta.

Comprendimos en cuanto nos organizamos, con el conjunto formado por los primeros catorce “Pitagóricos con razón omnipotente”, que nada era más importante para nosotros que el trasladarse a vivir al nuevo Mundo-ingrávido descubierto por Yuri. Esta fue la razón por la que nuestro ideal y meta fue, desde la partida, llegar a vivir en este nuevo e ingrávido universo.

Los pitagóricos partimos defendiendo, muy apasionadamente, contra viento y marea, a la ciencia y en especial a la tecnología computacional. En unos acalorados seminarios habíamos calculado, que con la aparición de nuestra maravillosa máquina endurecedora de los elementos, la ciencia y los procesos computacionales darían un gran salto y con esto lograríamos finalmente estar gozando de las bondades maravillosas, que tendría el vivir en el nuevo Mundo-ingrávido.

Los relatos, desarrollados en este libro, creo que pueden ser entendidos en forma integral, sin entrar a los temas matemáticos o filosóficos, por todos los que tengan más de doce años de edad. En general estas heroicas acciones como las de Yuri ayudan a despertar el amor por la ciencia, sobre todo en los jóvenes estudiantes de la enseñanza media y en la juventud universitaria.

Creo que hay fundamentos para pensar que mis historias sobre el pasado serán de mucho interés para las personas de edad avanzada o sea los que teóricamente debieran estar jubilados. Mientras lean estos recuerdos, que parten de hace cien años, las personas de edad tendrán la oportunidad de tener también algunas horas de satisfacción y entretenimiento ya que ellos, al igual que yo, mantienen vivas las hermosas reminiscencias sobre los tiempos pasados

Los de más de cien años de edad al leer esta historia, seguramente recordarán su precario pasado económico y podrán fácilmente compararlo con lo que ganan hoy. La mayor parte de los jubilados, hace unos cincuenta años atrás, tuvieron que vivir con sueldos miserables y sin muchas esperanzas a tener la legítima igualdad de pago que el que tenían cuando estaban en plena actividad. Creo que estarán felices los que creyeron, que finalmente el avance de la ciencia haría estos maravillosos milagros de recibir un pago igual al de sus colegas en plena actividad. Son los que confiaron más en las esperanzas que entregaba el constante avance de la ciencia que en las promesas de los partidos políticos. Son los que tuvieron fe en la tecnología y ayudaron a transformar aquella decadente sociedad, convirtiéndola en una sociedad ahora gobernada por la nueva y ejemplar Democracia-computarizada.

La forma de narrar estas memorias, como les afirmaba anteriormente, está acondicionada para que fácilmente la casi totalidad del contenido de este libro pueda ser entendida, desde los jóvenes estudiantes mayores de 12 años hasta las personas que ya son tatarabuelos. Los profesionales en actividad y los jubilados no tendrán naturalmente tampoco ninguna dificultad para entender el grueso del contexto. El apéndice les sacará de cualquier dificultad originada por los olvidos de las leyes físicas o de las fórmulas matemáticas. Como la mayor parte de las personas que leen este libro ejercen un trabajo diferente a las ciencias naturales, estos olvidos de lo aprendido en la enseñanza media son normales. Se sabe que a causa de la diversidad profesional, la mayoría de los especialistas en otras actividades no se mantienen en contacto permanente con las leyes de la física o de otras ciencias. No hay que preocuparse por estos olvidos, ya que momentáneamente no están en la parte consciente de nuestras infinitas memorias, pero si los olvidos afortunadamente permanecen en el subconsciente, hoy día llamado jocosamente nuestro plato duro. Los olvidos indudablemente se producen parcialmente en todos los seres humanos con el transcurrir del tiempo, pero son felizmente solo olvidos superficiales. En nuestro cerebro jamás se borra lo aprendido, si hay momentáneamente un olvido, es debido a que solamente hemos dejado de utilizar esta “grabación cerebral” desde hace algún largo tiempo. Se dice que el cerebro traslada estos recuerdos de un lugar a otro según la importancia que conscientemente le suponemos. La razón deliberadamente oculta algunas cosas, ya aprendidas, y deja especialmente en el primer plano a otras que luego las necesita ocupar para su trabajo o su esparcimiento. En un computador hay a lo menos memoria activa y memoria en el plato duro. Nosotros tenemos un estado de conciencia y otro de subconciencia. Perdonen los lectores esta vulgar comparación, ya que como es sabido nuestro cerebro es en lo general infinitamente más profundo y poderoso que los mejores computadores.

Como ustedes saben, el último censo universal del año 2060 tomado a todos los habitantes del universo, ha detectado un gran alargamiento del promedio de la vida. Este nuevo promedio es ahora mucho más acentuado todavía para los que vivimos fuera de la gravedad terrestre. En este censo, nosotros los habitantes del Cosmos-ingrávido, ya no tenemos ningún riesgo de morir por vejez. Como consecuencia de esto a crecido enormemente el número de las individuos mayores y además se han inscrito para realizar trabajos voluntarios por millones las personas de edad con capacidad aún de poder realizar labores de algunas horas al día. En los personajes mayores, este nuevo censo ha descubierto que, la inmensa mayoría de las personas jubiladas han extendido la edad con capacidad de realizar trabajos voluntarios. El censo del año 2040 indicaba que el noventa por ciento de los jubilados de 100 años hacían trabajos voluntarios de cuatro horas al día en beneficio de sus prójimos incapacitados o del estado, mientras que el censo del año 2060 indicó que ahora el noventa y cinco por ciento de los jubilados, no solo de 100 años, sino que además hasta aquellos, habitantes del Cosmos-ingrávido, de 120 años también trabajan voluntariamente cuatro horas al día.

Ya no es solo un número pequeño el de las personas mayores que habitan en el espacio, sino que se cuentan por muchos miles los que tienen más de ciento treinta años. Los conceptos de ancianos o de personas de tercera edad, llevan ya unos cuantos lustros totalmente desaparecidos. Hoy nuestra juventud se sorprende mucho, cuando les explico la dura situación que tenían que soportar los ancianos en el siglo pasado. Comenzando este siglo, durante toda la primera década, los ancianos eran tratados como enfermos y eran llevados a casas especiales parecidas a clínicas. En la práctica, a los que tenían más de setenta años, sin decírselo abiertamente, se les consideraba enfermos. El hecho de llevarlos a estos asilos de ancianos, aislados del resto de la sociedad, era avisarles y prepararlos para una inevitable muerte, llamada en ese entonces muerte natural o por vejez. Por supuesto que ustedes han aprendido ahora que los de mayor edad deben ser respetados por haber cimentado, con su trabajo medido en muchas decenas de años, los pilares para llegar a esta nueva y maravillosa sociedad. Felizmente ahora se les enseña a los niños, desde la escuela primaria, que los ancianos son una verdadera enciclopedia de la vida, por haber adquirido, a medida que pasan los años, más y más vivencias y experiencias que son acumuladas en sus memorias cerebrales de enorme, o mejor dicho, de infinita capacidad. Ahora sabemos que esta infinita capacidad cerebral se debe en parte a que las células cerebrales como las del corazón, son inmortales. Estas células eran y con mayor razón ahora son inmortales ya que nuestra longevidad tiene actualmente estas mismas características.

Esta narración, como lo expuse un poco más arriba, comprende fundamentalmente lo más importante ocurrido en el tiempo de los cien años transcurridos desde aquella fecha, del 12 de abril del año 1961, hasta el día 12 de abril del año 2061. Me he propuesto escribir estas historias al estilo de como sí hiciera mis propias memorias personales. Estas leyendas involucran a varios de mis amigos más íntimos con los que estamos pasando los 132 años de edad. Para mis amigos y para mí estas trascendentales vivencias tienen una especial importancia, porque fuimos testigos de los momentos de la salida al cosmos de Yuri. Fuimos testigos y participamos también de los grandes acontecimientos de aquel tiempo. Desde la década del 70 del siglo pasado formamos parte activa de los pacifistas positivistas. Nosotros paramos, entre otras cosas, con manifestaciones masivas en las calles, la loca carrera hacia el exterminio nuclear. Aparte de ayudar a detener el exterminio nuclear de la humanidad, participamos en una serie de actividades progresistas a las que nos guiaba la filosofía positivista de Bertrand Russell. Ahora que se entregaron los resultados del censo del año 2060 en el que se preguntaba sobre las más interesantes obligaciones cumplidas en el pasado y a quienes le atribuimos los cambios radicales de nuestra sociedad, la computadora central nos ha indicado que casi unánimemente la gente se ha pronunciado atribuyendo los cambios históricos a nosotros los pitagóricos y nos ha insinuado que ahora podemos voluntariamente seguir acometiendo otras interesantes actividades. Para todo el mundo siguen siendo aún muy interesantes todas nuestras historias del pasado. Nosotros, el grupo de los catorce fundadores del grupo “Pitagóricos con razón omnipotente”, solamente ahora, después de esperar muchos años, estamos gozando de la nueva vida en el cosmos. Algunos de los catorce integrantes de nuestro primer círculo tienen alrededor de los 132 años que recién yo he cumplido, sin embargo aún gozamos de gran vitalidad y deseos de seguir teniendo grandes aventuras. Esta hermosa aventura, iniciada por nosotros, logró tener un éxito sin precedentes, terminó por producir un éxodo masivo de habitantes de la Tierra al espacio. Algunos detalles sobre este masivo éxodo se los contaré en estos próximos diez capítulos de Extrapolación Fantástica.

Lo relacionado con Yuri, escrito en este libro, es solamente una parte de mis extensas memorias ya escritas y otras por escribir.

La cosa más fabulosa ocurrida con la salida de Yuri al cosmos fue el descubrimiento de que, nosotros los seres humanos, podamos vivir mucho mejor y agradablemente en la ingravidez, es decir, en el Mundo-ingrávido. Este sensacional acontecimiento de Yuri de penetrar a vivir en el enigmático universo del Cosmos-ingrávido, fue lo que nos motivó, fue un poderoso incentivo, nos sentimos comprometidos a formar nuestro primer grupo, el de los catorce Pitagóricos guiados por la Razón-omnipotente.

Siguiendo con nuestra historia, después de algunos años de trabajo nosotros hicimos el gran descubrimiento de poder cambiar, mediante una portentosa máquina, las propiedades naturales de los elementos. Por ejemplo, se pudo endurecer en miles de veces al liviano aluminio y a otros elementos del sistema periódico. De gran utilidad fue el conseguir tener delgadas láminas o planchas superduras de aluminio, para poder empezar con ellas las construcciones en el cosmos. A nosotros los “Pitagóricos con razón omnipotente”, desgraciadamente por la enorme envergadura y riesgo a una mala utilización por otras personas de lo que nosotros habíamos descubierto, no nos fue posible, como era nuestro sano deseo, dar a conocer de inmediato a toda la comunidad científica nuestro descomunal hallazgo intelectual. Por razones de seguridad debimos repetir lo que hicieran en antaño los Pitagóricos, es decir, formar un grupo que mantuviera en la clandestinidad algunas cosas importantes de carácter científico. Por esto, fuimos también involuntariamente algo esotéricos.

Cumplimos con el gran compromiso de mantener en secreto nuestras conquistas científicas, para así lograr que ellas no pasen a manos de personas inescrupulosas, bandidos o dictadores.

En el año 2019 hicimos, nuestra primera creación inteligente la maravillosa máquina robot o sea la Transformadora de las propiedades físicas de los elementos.

En esos años la democracia no se había extendido aún a todos los rincones de la Tierra. Quedaban libres todavía muchos criminales que se habían hecho con el poder de algunos países, asesinando a sus legítimos gobernantes. El mayor riesgo que corríamos era que conociera nuestros descubrimientos uno de estos dictadores y que podría, mediante su mal uso, poner en peligro la paz en el mundo. Habíamos realizado enormes conquistas en el ámbito de la física, descubrimientos tan importantes con los que indudablemente, pasábamos a formar parte de los científicos vanguardistas de la ciencia. Por tener que guardar celosamente nuestros secretos solo nosotros sabíamos que ya estábamos, al finalizar la segunda década de este siglo, a la cabeza o en la vanguardia de las ciencias físicas.

Empleando a escala atómica una elegante aplicación de nuestra nueva tecnología, logramos poder cambiar las propiedades físicas de los elementos que forman el mundo material. Como ya lo dijimos anteriormente, después de muchos años de incesante trabajo, conseguimos construir una máquina maravillosa la que bautizamos como “Transformadora de las propiedades físicas de los elementos” o abreviadamente Transformadora-pfe. Con la Transformadora-pfe por ejemplo, conseguimos hacer diamantes, no solo del carbono, sino de muchos otros elementos. Entre otras cosas, con esta misma maravillosa máquina, transformamos unas delgadas hojas de aluminio, tomadas como materia prima, en otras delgadas hojas de un nuevo aluminio. Estas nuevas y delgadas planchas de aluminio son ahora láminas con otras propiedades, son por ejemplo, según sea su tiempo de tratamiento: láminas superduras de colores, y otras superduras y transparentes, etcétera.

Fuimos pues los creadores de la Transformadora-pfe. Por esto nos conocieron después como los padres de esta maravilla. Esto no fue producto de la casualidad, sino el resultado de un arduo trabajo de todo el grupo de los catorce inseparables amigos. Somos amigos muy ejemplares, ya que llevamos participando juntos activamente cerca de cien años. No solo participamos férreamente unidos en la construcción de la Transformadora-pfe, sino en la serie de los otros grandiosos descubrimientos científicos posteriores.

Con la revolución originada por las transformaciones del mundo producidas al trasladarse, en menos de medio siglo, la mitad de sus habitantes al cosmos, ha aparecido una revolución también en muchos otros aspectos relacionados con nuestra manera de pensar. Debo decirles que con nuestro grupo hemos sido partícipes y admiradores, en el transcurso de estos últimos cien años, de los cambios maravillosos y trascendentales en la mentalidad de todos nosotros los nuevos seres humanos, del Mundo-ingrávido. Por ejemplo aceptamos, como algo lógico y natural, que hagan de jueces imparciales los computadores objetivos y neutrales, expresamente programados con estos fines de hacer justicia. Los veredictos dados por los computadores, en algunos aspectos de la vida cotidiana y en la mayoría de los asuntos relativos a la rectitud, son tan indiscutibles como lo son sus resultados en los cálculos matemáticos. Los nuevos computadores tienen en sus amplias memorias, no solo la constitución única de los estados, sino que todas las modificaciones posteriores del conjunto de las leyes y además incluyen toda la enorme cantidad de juicios preliminares. Facilita mucho las decisiones al complejo computacional de la justicia el hecho de que para todos los países de nuestro planeta y para los habitantes del cosmos existe una sola constitución. El programa de estos nuevos ordenadores tiene un sistema de búsqueda y comparación automática del juicio actual con los anteriores de la misma índole en cualquier parte del mundo. Al encontrar un precedente similar, los computadores entregan de inmediato su resolución del juicio en cuestión. Generalmente su resolución es tan acertada, que el juez llama a un nuevo comparendo solo a un pequeño porcentaje de los casos tratados. De todas maneras es el computador el que termina decidiendo.

He tomado con agrado el trabajo de escribir esta historia, por ser integrante del primer grupo que ayudó a vivir con más ganas y alargándoles la vida, en un plazo histórico muy corto, a la mayor parte de la humanidad. Escribo con agrado porque soy, además, partidario y adherente a una filosofía infinito-materialista que, afirmada en la ciencia, enfoca siempre positivamente el porvenir de toda la humanidad. Deseamos ganar adeptos para esta filosofía y por supuesto deseamos hacerle la propaganda que se merece. Esta manera filosófica de pensar nos ha mantenido siempre con un ánimo optimista y en permanente actividad, tal como lo hiciera Bertrand Russell (1872-1970.) Bertrand fue nuestro primer gran maestro, murió con casi cien años, lo que en su época era toda una plusmarca, hasta el último minuto de su vida nos siguió dando un gran ejemplo. Bertrand no descansó jamás, además en su vida pública y privada fue siempre consecuente con sus principios filosóficos. Fue respetado por casi todos los gobiernos de su tiempo y sobre todo por los representantes de las grandes potencias, con quienes mantenía contacto a diario, en los momentos en que la paz pasaba por agudas crisis. Desde muy joven y durante sus noventa y ocho años de vida se le vio siempre trabajando sin cesar. Su mayor preocupación giraba en torno a luchar porque se mantenga la paz entre todos los seres humanos y en todos los rincones de la Tierra. Él aunque cansado y abatido, por sus casi cien años sometido a la gravedad terrestre, continuaba trabajando sin cesar.

Bertrand tuvo seguidores y discípulos pacifistas por todos los rincones del planeta. Una de las consignas pacifistas de su tiempo y que se extendió por el mundo, era que “la paz no llega por sí sola, no se espera, se conquista”. Esta frase surgió de la educadora chilena Olguita Poblete.

Bertrand Russell nos entregó mediante su abundante literatura, la manera de comprender el mundo que nos rodeaba, el significado que tiene el hombre en el universo, o sea armó parte de nuestra actual filosofía. Esta es una parte de las ideas por medio de las que nos formamos filosóficamente los simpatizantes positivistas. Fue nuestra manera de comprender el mundo que nos rodeaba. Fui simpatizante de esta filosofía científica infinito-materialista, cuyos principios fundamentales los definiera la escuela de Russell y que se conoció como el positivismo. Como somos positivistas de nuevo cuño entonces así estarán orientadas la mayor parte de todas mis narraciones, y las de mis amigos acompañantes de esta gran aventura. En todo nuestro actuar nuestra posición es siempre absolutamente clara, ya que, consiste en no aceptar como definitivamente verdaderos aquellos conceptos, afirmaciones o ideas, que no se puedan probar científicamente. De las variadas formas de tratar un asunto sabiamente, preferimos en lo posible que las afirmaciones se puedan medir o probar experimentalmente. En el mundo físico, la verdad más firme es aquella que surge como consecuencia de la experimentación.

Estoy escribiendo esta introducción con cierto temor a aparecer presentando mis memorias haciendo engañifas para obtener ventajas económicas. No pretendo vender este libro mintiéndole a una parte de los potenciales lectores diciéndoles, usted es el indicado para leer este trabajo. No es mi intención mentir para que esto me conlleve a una mayor utilidad económica. Sin embargo, como yo tengo gran entusiasmo por lo que he escrito, puedo incurrir fácilmente en el error de querer entusiasmar a personas que quizás no puedan entender la mayor parte del contenido de este libro. El problema es difícil de calibrar y saber a ciencia cierta, a quien le es útil leer este trabajo y más difícil es todavía decirle a una persona usted no debe leer este libro. Además como no pretendo engañar a nadie entonces me pregunto.

¿A quiénes les pueden verdaderamente interesar y agradar estos relatos? Esta pregunta es lo que trato de responder a continuación. Estos son relatos que espero producirán más de alguna satisfacción a un gran número de personas, como les relataré a continuación. Tendrán agrado en leer estas páginas los que se inquietan por saber como esta anticipación científica nos hace ver el futuro de la humanidad. Le interesarán y producirán deleite también a los exitosos pacifistas, ya que con sus trabajos hicieron desaparecer los riesgos de una guerra nuclear, lo que ayudó a que se impusiera la Razón-omnipotente. Un justificado agrado al leer este trabajo tendrán los que tienen ganas de tener una larga vida y aún deben permanecer viviendo, bajo la odiosa gravedad terrestre, esperando ansiosos que les llegue el turno para salir a vivir al Mundo-ingrávido. Satisfacción tendrán sin duda hoy día aquellas personas al saber, por medio de esta lectura, cuando se terminó definitivamente el hambre en el mundo, ya que ellas en aquel tiempo sintieron la impotencia de no poder ayudar a tantos millones de niños, por los que se decía “hoy muere de hambre en el mundo un niño cada cinco minutos”. Estarán dichosos, los gobernantes y la gente de sus partidos que no pudieron evitar la muerte prematura por hambre, leyendo como esta enorme lacra de la humanidad fue extirpada mediante el posterior desarrollo de la ciencia y la aparición de la Razón-omnipotente. Dichosos también se sentirán los que comprendan como se les abrió a todos sin excepción una esplendorosa esperanza de una nueva e ilimitada vida en el cosmos. Creo que también el leer estos relatos les producirá una gran satisfacción a los nuevos postulantes a vivir en el Cosmos-ingrávido y que aún no han logrado salir a vivir fuera de la Tierra; pienso que ellos leyendo estos recuerdos sabrán aún más, como se desarrollan las costumbres y la vida profesional en el espacio. Creo que les servirá esta lectura también a los actuales directores de nuestras grandes y pequeñas empresas, encontrarán información de primera mano de los que fuimos organizadores de las empresas iniciales en el cosmos y que además actualmente están en funcionamiento, se informarán también sobre las gigantescas empresas proyectadas para el futuro y quiero darles alguna satisfacción informándoles sobre el porvenir que les espera, ya que el número de empresas crece sin cesar y ellos como aspirantes a directores de las nuevas y fantásticas empresas futuristas tienen cada vez más chance de ascender y ser sus nuevos directores.

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