jueves, 5 de noviembre de 2009
Prólogo de la Extrapolación Fantástica
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PRESENTÁNDONOS
TENEMOS UNA PARTE DE LA FILOSOFIA DE
BERTRAND RUSSELL
“Tres pasiones han gobernado mi vida: el deseo de
amar, la búsqueda del saber y una insoportable
piedad hacia los sufrimientos de la Humanidad. Las tres, como vientos huracanados, me han empujado a su capricho sobre un profundo océano de zozobra, que llega a alcanzar los límites de la desesperación”.
BERTRAND RUSSELL(1872-1970) De su Autobiografía
PRÓLOGO
Este trabajo, Extrapolación Fantástica, lo comencé a escribir hace ya muchos años y su crecimiento es como el que tiene una araucaria lento pero incesante, crece y crece de año en año alcanzando ya a tener más de 700 páginas. Ahora estoy por publicarla, hace unos años le podría haber pedido a uno de mis íntimos amigos, que me prologara esta obra, estoy seguro que lo habrían hecho sin falta: César Godoy Urrutia, o Pablo Neruda, o Francisco Coloane. Ahora último había pensado que lo hiciera uno de mis amigos escritores, que está en plena actividad, Alfonso Calderón Squadritto. Alfonso fue mi amigo y compañero de internado del ahora Liceo Pablo Neruda de Temuco. Hoy he decidido hacer este prefacio yo mismo, ya que naturalmente conozco a profundidad el contenido de mi labor mejor que ellos.
Aparecieron varias estirpes de animales bípedos y se extinguieron. Quedó el Homo sapiens, un ser humano que razonaba mejor, y originó que naciera la edad de piedra y la edad de los metales. Él evolucionó, se transformó en el Homo-sapiens sapiens. Produjo un salto dialéctico en la naturaleza y entonces hizo asomar las revoluciones industriales del vapor y la electricidad. Finalmente entró al escenario universal, el super gigante intelectual llamado Homo-sapiens con Razón-omnipotente. Él hizo emerger una nueva y original edad de los elementos ahora con nuevas propiedades programables, entre las muchísimas formidables consecuencias, surgió así la lámina de un aluminio más duro que el propio diamante, la LAMINAL . Este último super Homo sapiens traía en ese momento además, en sus manos como un obsequio la esperada fuente de energía infinita. La energía atómica de fusión, era por fin la energía limpia arrancada del deuterio y del tritio, o sea de los maravillosos isótopos del hidrógeno. ¿Quién es pues este portentoso nuevo ser humano?. ¿De dónde salió y a dónde va con estos poderes tan asombrosos?
A comienzos de este milenio había seres humanos, viviendo durante toda su vida, solamente en la terrible superficie gravitatoria de la Tierra. A partir del primero de enero del año 2006 la población humana era ya de 6500 millones. Crecía diariamente en una cantidad de 231389 habitantes. El 31 de enero 2006 fue de 6507 millones esto significó un positivo crecimiento de casi 7 millones mensuales, conduciendo a un aumento poblacional global de algo más de 83 millones anuales. Aplicando estas proporciones de crecimiento hasta llegar al año 2061, o sea, para el centenario de la salida del primer hombre al cosmos, según estos cálculos la población mundial llegaría a ser de once mil millones.
Nuestro naciente grupo, de los catorce amigos positivistas, hizo ya en ese año 2007 estos cálculos sentados cómodamente tomándonos una taza de té para soñar que ya estábamos llegando al año 2061 y nos preparábamos para celebrar el centenario de la hazaña de Yuri Gagarin. Después de este agradable soñar en el futuro nos propusimos trabajar mucho más intensamente para llegar a desarrollar un proyecto que nos permitiera participar en la celebración de este grandioso centenario de la salida del hombre al cosmos. Este proyecto tenía como uno de sus objetivos que debíamos ayudar a originar un éxodo masivo al maravilloso cosmos ingrávido. Nuestro grupo, de ideas filosóficas positivistas, pensaba que, en el año 2061 debía vivir a lo menos tanta gente en el Cosmos-ingrávido como en la Tierra.
Nos entusiasmaba embriagadoramente el cosmos ingrávido pues era una región donde la materia pierde absolutamente todo su peso y vivir allí es realmente permanecer en un nuevo mundo. La zona orbital geoestacionaria, que está ubicada a 36 mil kilómetros reunía estas condiciones de que en este cinturón, como en las otras órbitas hay perdida absoluta del peso. Lo curioso es que en su forma natural todos sus puntos con materiales se encuentran moviéndose en 24 horas alrededor de la Tierra, es decir, es como un lejano anillo virtualmente pegado asociadamente con los puntos de la línea ecuatorial.
Vivir mayoritariamente en la zona geoestacionaria era teóricamente un proyecto totalmente realista, ya que tomábamos en cuenta las posibles consecuencias positivas de los adelantos científicos que vendrían en un largo plazo de tiempo. Desde ese año 2007 trabajamos incesantemente durante doce años. Logramos finalmente diseñar y construir una maravillosa máquina robotizada capaz de darle distintas propiedades físicas a un mismo elemento. Los adelantos científicos se aceleraron violentamente a partir de este año 2019 y modificaron, en todas las actividades, hasta los más optimistas vaticinios. La última revolución industrial, que comenzó en el año 2019, originó que en las economías el crecimiento anual fuera fabuloso en todo el mundo. Este crecimiento se duplicó anualmente en los países desarrollados y se quintuplicó en los en vías de desarrollo. Otra importante consecuencia fue que el crecimiento del número de los habitantes de la Tierra en estos 42 años, del 2019 al 2061, también casi se duplicara con respecto a lo calculado anteriormente. Como ustedes saben, según el censo del año 2060, no resultó que el total de la población del mundo fuera de los 11 mil millones de habitantes, calculado en el año 2007 por nosotros en algunos minutos, mientras tranquilamente tomábamos un té. Este nuevo censo del año 2060 en números redondos nos afirmó que ya éramos alrededor de 15 mil millones de seres humanos. Ahora estamos repartidos entre nuestro planeta Tierra, el Anillo-geoestacionario y el Anillo de los Planetoides-artificiales. De los quince mil millones de habitantes ocho mil millones están viviendo ya en el cosmos habitacional y solamente siete mil millones quedan aún en la Tierra. ¡Que tremendo aporte al crecimiento de la humanidad se hizo, en este último lapso de solamente 42 años!. Todo gracias al revolucionario avance científico que se ha desarrollado sin parar desde el año 2019.
Ahora somos “Homo-sapiens con Razón-omnipotente”, somos una especie de hombres nuevos con una filosofía que exige, entre otras cosas, practicar en forma irrestricta los Derechos Humanos. Nosotros ahora conocemos con mucho mayor profundidad el mundo que nos rodea. Conocemos lo que son de ilimitados e infinitos, tanto la cantidad de materia como las extensiones del espacio y del tiempo sempiterno. Sabemos con profundidad filosófica que vivimos en el tiempo, conociendo una gran parte de su infinito pasado y pronosticando una pequeña parte de su futuro, que no tiene felizmente ningún trágico fin como vaticinan algunos agoreros. Somos cada vez más conscientes del enorme significado histórico de nosotros, los optimistas portadores de la Razón-omnipotente. Estamos seguros que desgraciadamente, en el casi cien por cien del universo conocido, las probabilidades naturales de que se pueda originar la vida evolutivamente, son casi nulas. Las posibilidades de que se pueda originar la vida racional como la nuestra son posibilidades lamentablemente casi despreciables. El proceso evolutivo haciéndonos aparecer a nosotros en escena, no era posible sino hubiese aparecido un meteorito eliminando a los dinosaurios. Nuestros primeros antepasados aparecieron razonando muy elementalmente. El Homo-habilis apareció hace casi 3 millones de años y el Homo-erectus hace ya más de un millón y medio. En los últimos ciento cincuenta mil años, aparecieron el Homo-sapiens y el Homo sapiens sapiens, razonando cada vez con mucho mayor profundidad. La aceleración en el proceso del razonamiento se produjo a partir del año en que el hombre hizo surgir los chips y los computadores cada vez más rápidos y pequeños. El terminar con la construcción de la maravillosa máquina “Transformadora de las propiedades físicas de los elementos”, en el año 2019, produjo que se originara un nuevo Homo sapiens ahora con Razón-omnipotente. Los otros tipos de seres vivos han pasado, en la oscuridad irracional sin que este maravilloso cambio dialéctico les sucediera, el de poseer la conciencia y sobre todo desarrollando la sabiduría para crear, ahora último mediante la razón y la informática la llamada Razón-omnipotente. Le hemos puesto fin a la parte negativa del ciego proceso evolutivo de la naturaleza, nos convertimos en el terminal de este proceso. En el transcurrir de un larguísimo tiempo ningún otro ser vivo fue consciente de la existencia de un pasado ni se preocupó del futuro. Nadie pudo nunca, antes del hombre, modificar y encausar el transcurrir de las leyes naturales. Nuestro planeta es minúsculo pero nosotros somos unos gigantes ilimitados con nuestro nuevo poder sobre la naturaleza adquirido con la simbiosis de nuestra razón y los imparables avances de los chips y en general de toda la informática. Nos estamos integrando en un nuevo ser que, gracias a esta simbiosis, en cada nueva década que transcurre se hace enormemente más inteligente de lo que era en la década anterior.
Esta nueva poderosa inteligencia permitió hacer enormes construcciones especialmente en el Cosmos. El Anillo-geoestacionario se terminó de construir en el año 2060. Se mantuvo funcionando por partes desde que comenzó a armarse, o sea durante treinta años y sin ninguna falla en su estructura gruesa. Ahora lleva un año funcionando totalmente ensamblado se ve como un fino y luminoso anillo en órbita geoestacionaria alrededor de toda la Tierra y estamos seguros que esta grandiosa construcción continuará sin problemas por cientos de años más. En sus 266269 kilómetros de largo hay un espacio muy amplio que es habitado por el Homo-sapiens con Razón-omnipotente, él se da el lujo de ocupar solo el 25 por ciento de su capacidad de saturación vital. Hay mucho espacio y hacia allí se efectuó el éxodo masivo continuado de más de la mitad de los seres humanos, partiendo desde todos los rincones de la Tierra durante tres décadas. El año 2040 ya fue vendida por anticipado la totalidad de los departamentos habitacionales allí construidos y se vendieron también los otros espacios para el comercio y las entretenciones. Los propietarios suman, en total incluidas sus familias, casi ocho mil millones de personas. Estos son más de la mitad de todos los habitantes de la Tierra del año 2060. El último censo del año 2060 acusó que la población mundial ascendía a un poco más de 15 mil millones. En resumen hoy día más de la mitad de la actual población mundial vive en la órbita geoestacionaria. El anillo esta situado en el plano ecuatorial a 36 mil kilómetros de altura de la superficie de la Tierra. Sus partes componentes están viajando con la velocidad exactamente adecuada para su órbita, por lo tanto su movimiento relativo allí es eterno y no tenemos necesidad de aplicarles nueva energía. El anillo está como geoestacionario, es decir, moviéndose en el plano ecuatorial de la Tierra. Su velocidad es tal que demora 24 horas en trasladarse alrededor de nuestro planeta cada uno de sus Complejos-espaciales-habitacionales. Por esta razón de coincidencia con la rotación de la Tierra aparece cada tramo del Complejo-espacial-habitacional como fijo, solidario perpendicularmente con respecto a un punto de la línea ecuatorial. Como corolario de esta corta presentación se puede afirmar que esta fantástica construcción fue todo un éxito. Además el Anillo-geoestacionario es hoy día absolutamente autónomo, es decir, produce allí mismo en la zona geoestacionaria todo lo que necesitan sus ocho mil millones de habitantes y sus balances anuales terminan siempre con un superávit en su floreciente economía. Ahora, con mis catorce amigos y nuestras familias, estamos viviendo en un Planetoide-artificial que tiene cien mil habitantes. Se está instalando un anillo formado por estos Planetoides en la enorme órbita de la Tierra, naturalmente todos trasladándose en un año alrededor del Sol. Está comenzado rápidamente a aumentar su número proyectado. Los Planetoides son como clones icosaédricos de la Tierra con respecto a que se mueven en su misma órbita, con su misma velocidad, en su misma dirección y rotan en 24 horas.
La economía es siempre floreciente en el cosmos, debido entre otras cosas, a que la energía es gratis, además del otro factor favorable de que se dispone a discreción de los materiales del diferente y durísimo aluminio. Comenzando a producir lógicamente, estos portentosos milagros en el infinito cosmos ingrávido, una vida eterna para el NUEVO HOMO SAPIENS CON RAZÓN OMNIPOTENTE.
Raúl Buholzer Matamala
Alemania, Colonia, 23 de enero del 2007
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